India es el segundo país más poblado del planeta y le ha tocado enfrentar una tarea desafiante. El Gobierno ha ordenado que sus más de 1300 millones de habitantes estén en sus hogares.
El decreto entró en vigencia desde este martes y se extenderá por las próximas tres semanas para evitar la propagación del coronavirus.
“Habrá una prohibición total de salir de sus hogares”, expresó el primer ministro indio Narendra Modi.
El funcionario explicó que la medida fue establecida de esa manera para romper el ciclo de transmisión del COVID-19.
Lo que vive India es el cierre más grande que el mundo ha visto hasta ahora. Según los últimos reportes oficiales, en el país se registran 519 casos de coronavirus y 10 muertes.
El Gobierno de India también anunció sobre una inversión de casi US$2.000 millones para combatir el virus.
La capital del país, Delhi, y otras ciudades como Bombay ya habían iniciado cierres parciales el domingo 22 de marzo, reseñó el portal de la BBC.
Modi había advertido en días pasados que los ciudadanos no habían tomado muy en serio la medida.
“Es imposible imaginar el costo que India tendrá que pagar si continúa tal comportamiento irresponsable”, advirtió Modi este martes. “El distanciamiento social es la única opción para combatir el coronavirus”.
El periodista y corresponsal de BBC Asia, a Rajini Yaidyanathan, señaló que el cierre total tiene una serie de implicaciones que pueden llegar no solo a afectar a la economía sino a la parte social.
“Una nación donde la comunidad lo es todo, y donde ir a un templo, mezquita o iglesia es parte esencial de la vida diaria de muchos... Es un cambio cultural sísmico, pero como el resto del mundo enfrenta restricciones similares, es un cambio necesario”, puntualizó.