Dos sicarios armados que viajaban en una moto asesinaron a Idalia Rentería, una profesora de 36 años, en las cercanías del municipio de Bello, en Antioquía (Colombia).
La maestra cursaba un doctorado en Medellín y fue atacada el 15 de febrero del 2017. La familia Rentería se mostró muy consternada ante la muerte de Idalia y no entendían que hacía en el barrio Congolo, al norte de Medellín, y menos las causas de su trágico deceso.
Según informaron al diario El Tiempo, “Idalia no tenía enemigos y, por el contrario, se caracterizaba por ser una persona generosa y una amiga incondicional, algo que, al parecer, terminó siendo su condena”.
Indagación policial reveló que la víctima habría sido citada por una amiga en aquel sector para pagarle un dinero que le debía. Cuando se trasladaba en un taxi, a pocos kilómetros de llegar a su destino, el conductor se bajó del vehículo para cambiar un billete de 50 000 pesos.
El momento fue aprovechado por los delincuentes que dispararon a muerte contra la mujer. Rentería llegó sin signos vitales al Hospital Marco Fidel Suárez.
Luego del crimen, los peritos comenzaron a recabar información y colocaron como principal sospechoso del crimen al taxista, pero luego el caso dio un giro de 180 grados. Las indagaciones recayeron en Kelly Yohana Arboleda, amiga de Idalia.
Sonia, hermana de la desaparecida comenzó a sospechar de Kelly debido que la mujer le preguntó sobre el homicidio cuando nadie en Quibdó, el barrio donde vivían, sabía del tema. Sonia confesó ante las autoridades que nunca imaginó que la mujer a quien veía llorando sobre el féretro iba ser la autora intelectual del crimen.
“A las 11:30 de esa noche me llaman mis primas de Medellín a darme la noticia para contarme que habían asesinado a Yali (así le decían de cariño) y para mí fue sorpresa total porque había acabado de verme con ella y nunca me contó que se iba a encontrar con alguien esa noche y menos por un tema de plata”, aseguró.
Kelly le dio a entender a Sonia que Idalia tenía una deuda por unos inmuebles y que la habían llamado a amenazarla. “Yo me quedé fría y le creí porque en ese momento no sospechaba de ella, señaló.
Durante el sepelio, Sonia recibió pantallazos de las conversaciones de WhatsApp que su hermana tuvo con la sospechosa antes del crimen. “Ahí nos dimos cuenta que la persona que estaba en la casa haciéndose la afligida, estaba involucrada. Teníamos a la asesina en casa”.
La familia no tenía pruebas suficientes para incriminar a Kelly. Así pasaron varios meses y al ver que la Fiscalía no las llamaba, decidieron ir hasta la entidad ellas mismas para saber qué ocurría. Allí se enteraron que, efectivamente, Kelly estaba involucrada en el homicidio de Idalia, pero no había ninguna decisión.
El 23 de junio de 2017, Sonia vio que se hacía justicia por el asesinato de su hermana debido que el Juzgado 28 Penal Municipal de Medellín, con funciones de control de garantías, acogió la solicitud de la Fiscalía General de la Nación de imponer medida de aseguramiento en centro carcelario en contra Kelly.
La investigación de la Fiscalía concluyó que Kelly asesinó a su amiga Idalia por una deuda de más de 22 millones de pesos por un préstamo de dinero.
Aunque la detenida negó los cargos, la Fiscalía la declaró culpable y la condenó a 12 años y 6 meses de prisión, algo que para la familia Rentería fue “un regalo de condena”. Sin embargo, Sonia dijo que no se supo quiénes fueron los sicarios que mataron a su hermana.
Un hombre de Nicaragua fue sentenciado a 26 años de prisión tras comprobarse que fue el autor intelectual del asesinato de su esposa. El sujeto había contratado a dos sicarios y les había pedido que simularan que todo era parte de un robo.
Sergio Matamoros Gómez, de 46 años, contrató en mayo de 2019 a su medio hermano Norlan José Sandino para que acabase con la vida de su cónyuge Karla, de 40, y este a su vez buscó a Martín Rivera González para que lo apoye.
Sergio Matamoros Gómez, de 46 años, fue sentenciado a 26 años de cárcel. Fuente: Radio La Primerísima.