El brote del coronavirus de Wuhan tendría su origen en un mercado que se dedicaba a la venta indiscriminada de animales exóticos.
Desde serpientes hasta mapaches, pasando por puercoespines hasta murciélagos, los comerciantes mantenían enjaulados a estas especies para que el público los ingiera o utilice como medicamentos, recoge BBC.
China es considerado el mayor consumidor mundial de productos derivados de animales salvajes, sea legales o ilegales, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal fuente del coronavirus sería el murciélago.
“La noción de ‘yewei’ (traducido literalmente como ‘gustos salvajes’ en chino) es una terminología familiar en toda China que transmite culturalmente una mezcla de aventura, audacia, curiosidad y privilegio”, asegura una investigación científica de comercio animal en el gigante asiático.
Es común que los chinos preparen una sopa de murciélago, de testículos de tigre y de la civeta de palma, así como la cobra frita, pata de osos en estofado y vino preparado con hueso de tigre.
Las escamas de los pangolines – conocidos también como folidotos – tienen alta demanda para la elaboración de medicamentos, lo que ha dejado a este animal chino en uno de los más cazados.
Otro caso es el cuerno de rinoceronte, empleado en la medicina tradicional, lo que prácticamente deja a esta especie al borde de la extinción.
‘’El 70% de las infecciones emergentes en humanos provienen de animales salvajes’’, recoge BBC.
Tras la aparición del coronavirus, que ha matado a 425 personas e infectado a más de 15 mil, China prohibió temporalmente la venta de animales exóticos en los mercados para frenar su propagación.
‘’Tenemos una serie de nuevas enfermedades vinculadas a nuevos contactos entre virus, bacterias y parásitos humanos y previamente desconocidos’’, indica el científico Ben Embarek, del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS.
Aproximadamente de las 32 mil especies de vertebrados terrestres del mundo, un 20% es ofertada en el mercado legal o ilegal, y genera una ganancia de 20 mil millones de dólares, siendo así el cuarto comercio ilegal más grande tras las drogas, contrabando de personas y falsificación.
“Vemos esto como una oportunidad para terminar de forma permanente con el mantenimiento, la cría, la domesticación y la utilización de los animales salvajes, no solo con fines de alimentación sino también para la medicina tradicional”, apunta Debbie Banks, de la Agencia de Investigación Ambiental.