Alan Hattel, un hombre de 75 años nacido en Escocia, ha descubierto que la lápida de un cementerio de su pueblo natal, Forfar, lleva su nombre y está escrito junto al de su exesposa, por lo que considera que esto ha sido planeado por ella.
El sujeto, quien se desempeña como soldador por más de 35 años, confesó haber entendido por qué hace tres meses su móvil no ha sonado. Hattel asegura que la mujer compró el espacio y la lápida para que se entierren juntos y que por eso ambos nombres se pueden leer en la piedra.
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A Hattel le parece que no es algo que suceda todos los días, y que bien podría ser sacado de un programa humorístico. Por otro lado, el hombre ha declarado que no quiere ser enterrado al lado de su expareja, y que prefiere que incineren su cuerpo cuando muera.
El hombre también se ha puesto en contacto con las autoridades ediles para que sellen la tumba. También se ha ocupado de hacerle saber a la gente de su entorno que aún continúa con vida.
La relación entre ambos, Berta y Alan, terminó hace 26 años. Actualmente, el hombre vive con sus dos hijos y su actual pareja. Sus familiares han dicho que prefieren resolver esta situación en privado.
Por otro lado, la familia también ha buscado contactar a los familiares de Berta para solucionar el problema. Sin embargo, no han podido hacerlo.