El 11 de enero, China anunció que su gigante radiotelescopio, el más grande del mundo, comenzó a operar oficialmente después de tres años de pruebas. Es el instrumento con mayor capacidad para sondear las profundidades del universo.
Se trata del Radiotelescopio de Apertura Esférica de Quinientos Metros (FAST, por sus siglas en inglés) que, como lo indica su nombre, tiene un diámetro de medio kilómetro, que forma un disco parabólico tan grande como 30 campos de fútbol.
El enorme tazón metálico se abre en dirección al cielo para captar ondas de radio mientras se encuentra incrustado en las montañas de Guizhou, provincia suroriental de China.
El radiotelescopio FAST ha comenzado a operar con toda su capacidad. Foto: Xinhua.
Una de las principales misiones del radiotelescopio es encontrar pistas sobre el origen y evolución del universo mediante las señales de moléculas interestelares que logre captar.
Asimismo, el FAST tendrá una increíble capacidad para detectar ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés), fenómenos extremadamente energéticos que duran apenas milisegundos.
Las FRB tiene un origen completamente desconocido por los astrónomos, por lo que este gran instrumento podría desentrañar uno de los más grandes misterios de la ciencia.
“El FAST será una herramienta excelente para detectar y estudiar las FRB más tenues. Nos dará pistas sobre sus mecanismos de emisión y tal vez sobre la naturaleza de su origen”, declaró a BBC Victoria Kaspi, astrofísica de la Universidad de McGill en Canadá.
El FAST tiene como uno de sus objetivos detectar las pistas del origen y evolución del universo. Imagen: NASA.
El FAST es 2,5 veces más sensible que el segundo telescopio más grande del mundo (Arecibo, en Puerto Rico), y según Li Kejia, científico de la Universidad de Pekín, permitirá explorar hasta cuatro veces más porciones del espacio que los actuales radiotelescopios más potentes.
“El FAST mejora significativamente nuestra capacidad para sondear el universo en busca de señales cósmicas, que son inherentemente débiles y están en el límite de ser indetectables”, indica Min Yun, profesor de astronomía en la Universidad de Massachusetts, en declaraciones al medio británico.
Otras de las grandes tareas del FAST son la búsqueda de materia oscura y la posible existencia de señales de civilizaciones extraterrestres.
Si tales seres existen en otras galaxias (millones de años luz de distancia), las señales que se detecten de ellos deberían haber sido enviadas haces millones de años. Esto se debe a que las ondas de radio viajan a la velocidad de la luz.
El ingeniero jefe del telescopio, Jiang Peng, aseguró que en los próximos dos o tres años el FAST conseguirá “varios grandes descubrimientos científicos”.
Los radiotelescopios rastrearon la señal hasta una galaxia a 500 años luz de la Tierra. Imagen: Danielle Futselaar.
El proyecto fue propuesto hace más de veinte años por astrónomos chinos, y fue completado en septiembre de 2016. Su costo asciende a 1.200 millones de yuanes (173 millones de dólares).
Sin embargo, su construcción implicó que unos 7.000 habitantes de la zona donde se sitúa tuvieran que ser reubicados en otra ciudad a unos diez kilómetros de distancia para “garantizar el rendimiento” del telescopio.
El FAST cuenta con 4450 paneles triangulares y utiliza una depresión natural que proporciona soporte para el plato del telescopio
Desde que inició sus pruebas, el radiotelescopio ha descubierto un total de 102 púlsares (estrellas de neutrones que rotan a gran velocidad y emiten haces periódicos de radiación electromagnética), cifra que, según la agencia estatal Xinhua, es superior a la encontrada por los equipos investigadores en Europa y Estados Unidos en el mismo período.
En ese sentido, el gobierno de China lo anuncia como el instrumento “líder mundial” en su campo.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma del país oriental ha informado que se permitirá que los astrónomos de todo el planeta ingresen al FAST. Un proceso que será paulatino.
Con información de EFE y BBC.