El pequeño iba en compañía de sus progenitores, Adrián de 24 años y Monserrat de 22, cuando fueron acribillados con un arma de fuego en una de las calles de México.
Durante el ataque, algunos moradores de la zona se percataron que los hombres armados se llevaron al pequeño que estaba en su coche; asimismo, llamaron lo más pronto posible a la Policía y a los bomberos.
Cuando los paramédicos llegaron al lugar, intentaron reanimar a la joven madre de familia para trasladarla al centro médico más cercano y en el camino, la mujer no resistió y falleció.
Mientras que los peritos de criminalística que se apersonaron al lugar, solo pudieron constatar la muerte del padre del menor.
Según la Policía, 20 horas después de la desaparición del niño y que se haya emitido una alerta Amber, el menor fue localizado en las calles de la colonia El Mirador, donde personal médico lo atendió y trasladó a un hospital para su valoración.
Según los médicos, el niño se encontraba en perfecto estado de salud, sin lesiones y permanecerá bajo el resguardo de las autoridades.
La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México realiza las investigaciones respecto a lo ocurrido, ya que presuntamente el padre del menor formaba parte de una banda de delincuentes dedicados al robo de casas y ya había estado en prisión con anterioridad.
La hipótesis más manejada por los efectivos policiales es que el crimen ocurrió por una disputa derivada del reparto del botín, que llevó a sus cómplices a secuestrar a su menor hijo para negociar, pero cuando se enteraron que ambos padres habían muerto, decidieron abandonar al niño a su suerte.