Ashley Jernigan, es la valiente mujer que ha decidido salir del anonimato para contarle al mundo la serie de abusos que ha venido sufriendo por parte de extraños en las calles de Estados Unidos, quienes con sola verla cubierta de miles de tumores empiezan a burlarse, discriminarla y tenerle miedo por un absurdo contagio.
A sus 35 años, la madre de cuatro niños, fue diagnosticada con neurofibromatosis cuando llegó a la pubertad y desde entonces ha desarrollado miles de tumores en cada parte de su cuerpo. Ashley de Montgomery, Alabama, Estados Unidos, confesó: “Con esta afección, aún puedes vivir la vida como cualquier otra persona normal”.
Con el paso del tiempo, la mujer se ha hecho fuerte con las incontables humillaciones que golpearon su autoestima por el aspecto de su cuerpo. “Es solo el acoso con el que tienes que lidiar. Se necesita una persona fuerte para superar lo que la gente dice. Es difícil, es realmente duro y deprimente”.
“Cuando salgo, la gente mira y hace gestos groseros”. “No quiero salir por las miradas. Un hombre no me aceptaría”. “Se necesitaría un hombre fuerte para apreciarme por lo que soy y mirar más allá de mi condición”, comentó Ashley a Mirror.
Ashley, cuya madre, Lisa, murió a causa de la afección a los 25 años, fue aconsejada por los médicos de no tener hijos, ya que empeoraría la afección de neurofibromatosis.
Pero continuó ignorando este consejo y tuvo cuatro hijos, Darnell, de 15 años, Devon, de 14, Keonna, de ocho, y Kaiden, de cinco, pero dijo que con cada embarazo la condición empeoraba.
Después de todo lo que ha padecido a causa de la enfermedad, Ashley, quiere dejar en claro de que la neurofibromatosis no es contagiosa, pero resaltó que algunos de los bultos en su cuerpo le provocan demasiado dolor cuando se coloca sus zapatos.
Los doctores han reafirmado que existe la posibilidad de que sus hijos también puedan tener o desarrollar la enfermedad genética, pero ella no quiere que se hagan pruebas. “Los niños son más curiosos y comprensivos, piensan que es la varicela o las picaduras de hormigas, pero solo digo que nací así”.
Ashley ha rechazado la cirugía para extirpar los tumores, ya que existe la posibilidad de que esto los haga volver aún más grandes. “Pueden convertirse en cáncer, así que tengo que vigilarlos”, finalizó.
Es un trastorno genético del sistema nervioso que afecta principalmente al desarrollo y crecimiento de los tejidos de las células neurales (nerviosas). Provoca la formación de tumores en el cerebro, la médula espinal y los nervios.