AFP
Francia afrontaba este viernes su segundo día de huelga en protesta contra la reforma del sistema de pensiones que prepara el Gobierno de Emmanuel Macron y que la víspera sacó a las calles a más de 800.000 personas en todo el país.
El jueves, en el primer día de huelga nacional, considerado como una prueba crucial para Macron y su agenda de cambios pensionarios, se produjeron movilizaciones en más de 70 ciudades, junto con huelgas que paralizaron el transporte público y vaciaron las aulas.
La jornada de este viernes fue similar, según algunos reportes, con casi todos los trenes de larga distancia cancelados, la mayor parte de las líneas del metro de París cerradas y cientos de vuelos suprimidos.
Yves Veyrier, líder del sindicato FO, advirtió que la huelga podría durar al menos hasta el lunes si el Gobierno no tomaba las medidas adecuadas.
Los periódicos nacionales no pudieron publicar sus ediciones impresas, y siete de las ocho refinerías del país estaban en huelga, lo que aumenta el riesgo de una escasez de combustible si la movilización continúa.
Por su parte, después del éxito de su primera jornada de movilización del jueves, los sindicatos contrarios a la reforma quieren mantener la presión y llamaron a los franceses a volver a paralizar el país el martes.
El detonante de este estallido de indignación popular es una nueva reforma del sistema de pensiones que prepara Emmanuel Macron, una promesa de campaña que tiene como objetivo eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales.
En su lugar se instaurará un sistema único, por puntos, en el que todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos a la hora de recibir una pensión una vez que se jubilen.
El Gobierno francés aseguró el viernes que está resuelto a llevar a cabo su explosiva reforma de las pensiones pese a una huelga masiva que tenía paralizado al país, por segundo día consecutivo.
El nuevo sistema “garantizará a los franceses justicia y solidaridad”, aseguró el primer ministro, Edouard Philippe, en un discurso solemne retransmitido por televisión. “Nuestros conciudadanos (...) saben que progresivamente tendremos que trabajar un poco más de tiempo, pero es lo que sucede ya en otros países comparables con Francia”, afirmó Philippe, sin dar más detalles. Él piensa implementar la reforma en el horizonte 2025, de forma “progresiva” y “sin brutalidad”.
Francia: debate por el sistema pensionario