No tiene perdón. David Pomphret, de Burtonwood (Inglaterra) es el feminicida que agarró a golpes a su esposa y la mató, luego que esta lo llamara “cojo”, refiriéndose, según él, a sus problemas de disfunción eréctil, informó Daily Mirror.
Tras cometer el horrendo homicidio, David quemó la sudadera que llevaba puesta porque quedó empapada de sangre y lanzó el arma a un estanque. Sin embargo, su cuartada de encubrimiento no terminó con esos cobardes actos, ya que envió varios mensajes de texto a su esposa en los que aparentaba estar preocupado.
Cuando las autoridades llegaron a su casa, el sujeto al borde de las lágrimas confesó que no era el responsable del asesinato y juró que él desafortunadamente la encontró tirada en un establo y empapada en un charco de sangre.
En un video compartido por el diario británico se ve cómo el hombre confesó que en el momento del macabro hallazgo; incluso, intentó darle respiración boca a boca a su esposa para ayudarla, pero “lamentablemente” falleció en el acto.
La policía lo entrevistó 15 veces desde el asesinato, ocurrido el 2 de noviembre del año pasado, y en cada uno de esas oportunidades el hombre negó haber matado a su esposa. Fue hasta hace poco que el británico confesó todo, señalaron ambos medios ingleses.
David fue sentenciado a cadena perpetua, concluyó Daily Mail.