En horas de la tarde, en la ciudad de Guayaquil, en Ecuador, se reportaron varios saqueos en medio de las protestas nacionales contra las medidas económicas de Lenín Moreno.
En medio de la escasez de transporte público y el cierre de las avenidas en Guayaquil, algunos ciudadanos saquearon tiendas departamentales en el centro de la ciudad en la Vía Perimetral.
El asalto a las tiendas departamentales de Guayaquil fue difundido a través de videos en las redes sociales, en los que se observa a alrededor de 50 personas paradas en una de las avenidas más conocidas de la ciudad y un grupo de personas corren con cajas de televisores y bocinas para autos, mientras que otros huían en motos lineales.
“Han robado motos y televisiones”, dijo una persona que grabó el saqueo, como, por ejemplo, la tienda de supermercado Tía, en donde varias asaltaron el comercio y extrajeron productos comestibles y cervezas.
Al respecto de los disturbios, la ministra del Interior, María Paula Romo, indicó que 195 sospechosos fueron arrestados por las fuerzas policiales.
“En este tipo de actos no está en discusión el subsidio (a los combustibles) o la reforma laboral”, dijo Romo, explicando que se trata de acciones “plenamente delictivas”
Ecuador impuso el jueves el estado de excepción para intentar aplacar la ira social que estalló en las calles, con duros choques con la policía que dejaban 45 detenidos, tras el fin de subsidios a combustibles acordado con el FMI.
“Se están controlando casi en su totalidad los focos de violencia que se han generado”, dijo el presidente Lenín Moreno entrada la noche en Guayaquil (suroeste) tras el primer día de una huelga nacional de transportistas, a los que tildó de “golpistas” y acusó de pretender desestabilizar a su gobierno.
Acosado por un alto endeudamiento y falta de liquidez en la dolarizada economía, el Gobierno pactó un millonario programa de créditos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluye el desmonte de esos subsidios, que demandaban 1.300 millones de dólares.
El consecuente incremento de las tarifas del diésel y la gasolina en hasta un 123%, que empezó a golpear los bolsillos de los ecuatorianos a partir de este jueves, precipitó la paralización de transportistas sin tiempo definido, lo que llevó al Ejecutivo a extender hasta el viernes la suspensión de clases.