Algo que se creía conocer sobre el universo está a punto de cambiar totalmente. Los filamentos de gas, como telas de araña, conectan unas galaxias con otras y se expanden a lo largo de más de un millón de pársec (un pársec equivale a tres años luz) y proporcionan energía para la formación de estrellas y de agujeros negros de gran magnitud, según un artículo publicado el último jueves por la revista Science.
Estas redes gaseosas fueron observadas por un grupo de científicos internacional, liderados por el Clúster RIKEN para la Investigación Pionera, con base en Japón, que empleó datos del Explorador Espectroscópico de Unidades Múltiples (MUSE, en inglés) instalado en el Telescopio Muy Grande (VLT) en Chile.
Además, utilizaron observaciones del telescopio Suprime-Cam Subaru, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, instalado en Mauna Kea (Hawái).
Los astrónomos se centraron en el enorme cúmulo de galaxias conocido como SSA22, ubicado a unos 12.000 millones de años luz de la Tierra en la constelación de Acuario y considerado como una de las estructuras más antiguas del universo.
Antiguamente se pensaba que las galaxias se formaban y organizaban en grupos, de abajo a arriba, pero ahora se cree que son los filamentos de gas que cruzan el universo los que conforman regiones densas de materia.
De acuerdo a esto, los expertos hallaron que las intersecciones entre las hebras de gas son muy activas en la formación de estrellas.
Sus observaciones se basaron en la detección de lo que se conoce como radiación Lyman alfa, que es una luz ultravioleta producida cuando se ioniza el hidrógeno neutral y regresa a su estado fundamental.
Los científicos encontraron que la radiación era intensa, demasiado para ser de la radiación ultravioleta de fondo del universo, y, según sus cálculos, vieron que era probable que fuera originada por las galaxias creadoras de estrellas y por agujeros negros en formación.
Este mapa muestra los filamentos de gas (azul) que se extienden desde la parte superior a la parte inferior de la imagen. Crédito: Science.
El principal autor del estudio, Hideki Umehata, del Clúster RIKEN para la Investigación Pionera, dijo que “esto sugiere muy fuertemente que el gas que cae por los filamentos bajo la fuerza de la gravedad ocasiona la formación de galaxias de estrellas y de agujeros negros supermasivos, dando al universo la estructura que hoy día se conoce”.
"Observaciones previas -agregó-, habían mostrado la existencia de emisiones desde masas de gas que se extienden más allá de las galaxias, pero ahora hemos podido demostrar claramente que estos filamentos son extremadamente largos, llegando incluso más allá del extremo del campo que vimos".
"Esto da crédito a la idea de que estos filamentos fomentan en realidad la actividad intensa que vemos dentro de las galaxias en los filamentos", dijo.
Los autores de este estudio encontraron que la intersección de los filamentos cósmicos alberga agujeros negros supermasivos y galaxias con una formación muy activa de estrellas.
“Esto indica con mucha solidez que el gas que se trenza en los filamentos bajo la fuerza de gravedad desencadena la formación de galaxias productoras de estrellas y agujeros negros supermasivos, dando al universo la estructura que hoy vemos”, indicó Umehata.
Con información de EFE.