En el centro de la mayoría de galaxias habita un agujero negro supermasivo que emite grandes cantidades de radiación mientras devora todo a su alrededor. En otras, su ‘monstruo’ permanece dormido y pasan desapercibidas. Sin embargo, los astrónomos han detectado una actividad sin precedentes en seis de estas galaxias ‘muertas’.
Un equipo de investigadores observó un grupo de galaxias LINER, que se caracterizan por tener gas calentado en su centro y expulsar muy poca radiación, y vio “encenderse” a seis de ellas en un periodo de nueve meses. Esto sería evidencia de un acelerado despertar de sus agujeros negros, tal como sugiere el estudio publicado el último miércoles en The Astrophysical Journal.
Los científicos usaron el Zwicky Transient Facility (ZTF), una nueva cámara instalada en el Observatorio Palomar en California, para examinar varias galaxias LINER. Además, usaron los datos de los telescopios Hubble, Spitzer y Swift, y observatorios de EE. UU.
Al analizar toda esa información, se dieron cuenta de que seis galaxias pasaron de su estado “débil” a ser increíblemente enérgicas, formando lo que se conoce como cuásares a una velocidad desconcertante.
Los cuásares son fenómenos que suelen surgir cuando el agujero negro del núcleo (centro) de una galaxia comienza a engullir toda la materia a su paso. Esto hace que se forme alrededor un disco que gira a grandes velocidades y libera tal cantidad de energía que su brillo se puede detectar desde la Tierra.
“La teoría sugiere que un cuásar debería tardar miles de años en activarse, pero estas observaciones sugieren que puede suceder muy rápidamente (nueve meses). Nos dice que la teoría está completamente equivocada”, indicó Suvi Gezari, profesor asociado de astronomía en la Universidad de Maryland y coautor del estudio.
El equipo de investigadores no se explica por qué estos agujeros negros pasaron de ser ‘bellas durmientes’ a ‘engendros hambrientos’ tan repentinamente.
Además, se han topado con otro misterio: el brillo solo provenía del gas y los escombros más cercanos al centro de estas galaxias LINER, mientras que los cuásares anteriormente observados brillaron en regiones alejadas del núcleo.
Una de sus hipótesis es que acaban de captar los momentos antes y después del nacimiento de un cuásar, lo cual significa un logro sin igual para los astrónomos, ya que les permitiría conocer mucho más sobre la evolución de las galaxias.
"Es sorprendente que cualquier galaxia pueda cambiar su aspecto en las escalas de tiempo humano", expresó Sara Frederick, astrónoma de la Universidad de Maryland y primera autora del artículo.
"Estos cambios están ocurriendo mucho más rápido de lo que podemos explicar con la teoría actual del cuásar", agregó.
Por ahora, los científicos pueden confirmar que las galaxias LINER albergan agujeros negros supermasivos, algo que se había puesto en duda.
Los agujeros negros supermasivos engullen todo a su alrededor, emitiendo grandes cantidades de energía desde los núcleos de las galaxias. Imagen: ALMA (ESO / NAOJ / NRAO)