Jerri Kelly no tuvo reparos en apuntar a cuatro adolescentes afrodescendientes luego de que estos tocaran su puerta para solicitar un apoyo económico para el equipo de fútbol de su escuela secundaria en el estado de Arkansas, Estados Unidos.
Los menores, que no fueron identificados debido a su edad, se encontraban vendiendo tarjetas de descuentos para distintas tiendas y restaurantes ubicadas en la localidad de Wynne. Sin embargo, las cosas empeoraron cuando los adolescentes llegaron hasta la casa de Kelly y tocaron la puerta.
Kelly, quien es esposa de un administrador de la cárcel del condado, abrió la puerta y quedó apuntando con un revólver a los menores, quienes solo atinaron a obedecer las órdenes de la mujer que solicitaba que se tiren al piso y pongan las manos atrás.
Inmediatamente la mujer llamo al Departamento de Policía del condado para denunciar que unos sospechosos rondaban su casa. “Todos los hombres eran negros, y sé que esta zona residencial es blanca”, afirmaba Kelly mientras denunciaba el hecho.
Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron a los cuatro menores tendidos en el piso, con la mano detrás de la espalda y a Jerri Kelly, unos metros más atrás, parada y apuntándolos. Uno de los agentes reconoció a los muchachos y les permitió pararse, calmando la situación.
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La mujer fue detenida y acusada de cuatro cargos, de asalto agravado y encarcelamiento falso de primer grado, ambos delitos graves. También de poner en peligro el bienestar de un menor.
Según el parte policial, la mujer de unos 46 años, declaró que los menores no actuaban como personas “normales” que venden tarjetas, por el contrario, jugaban y bromeaban a las afueras de su casa.
“Si vas a vender tarjetas, actúa como si estuvieras vendiendo tarjetas… no estés pasando el rato allí, y luego no vayan a mi casa. No actúen así. Sean hombres y vendan tarjetas”, manifestó Jerri Kelly en su descargo.