EFE Y AP
Según The New York Times, el presidente estadounidense Donald Trump despertó la mañana del domingo pasado (14 de julio), miró hacia la nación que lidera, vio las astillas secas de las relaciones raciales y decidió arrojar una cerilla encendida. No era la primera vez que lo hacía y no parece que vaya a ser la última. Tiene una caja de fósforos bien grande y un suministro disponible de querosene.
El fuego empezó cuando el mandatario preguntó en un tuit ese domingo, día en que, por orden del Ejecutivo estadounidense, se iniciarían las redadas contra los indocumentados: “Por qué esas legisladoras no vuelven a sus países y ayudan a arreglar los lugares completamente rotos e infestados de crimen de donde vienen”, posteó Trump.
El mandatario se refería a un grupo de legisladoras demócratas de la Cámara Baja, conocidas popularmente como “La brigada” (“The Squad”).
Alexandria Ocasio-Cortez es neoyorquina, de origen puertorriqueño; la afroamericana Ayanna Pressley es nacida en Cincinatti; Rashida Tlaib, de Detroit, hija de palestinos; e Ilhan Omar, quien llegó a Estados Unidos cuando era una niña, es procedente de Somalia. Las cuatro fueron elegidas en los pasados comicios legislativos de noviembre, que trajeron consigo el Congreso con mayor número de mujeres y más diverso de la historia de Estados Unidos.
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Pero por qué ellas son el blanco de las diatribas de Trump. Las congresistas son parte del ala más progresista del Partido Demócrata y han lanzado ambiciosas propuestas con escaso recorrido legislativo, como el multimillonario “Nuevo Pacto Verde” para combatir la crisis climática y un plan público de cobertura de salud universal, y han criticado la alianza de Estados Unidos con Israel.
Según expertos, Trump aprovechó una veta del malestar entre los estadounidenses blancos de clase trabajadora y de las zonas rurales para ganar en 2016 y espera volver a hacerlo.
“Está reuniendo su base”, dijo Wendy Schiller, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Brown. “Su estrategia electoral es dividir y conquistar”.
“Necesita que todos los que votaron por él en 2016 lo hagan nuevamente”, afirmó. “Así que es una estrategia inteligente para él hacer que estas cuatro mujeres sean la cara del Partido Demócrata”.
Trump obtuvo un 57% de apoyo de votantes blancos en 2016, frente al 37% de Clinton. Para el próximo año se espera que un 70% del electorado sea blanco. Los afroestadounidenses, los hispanos y otras minorías representan el resto y tienden a votar por los demócratas.
Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, dijo que los ataques de Trump contra “La brigada” están claramente dirigidos hacia los votantes blancos que lo llevaron a la Casa Blanca.
“Es una estrategia cínica”, señaló. “La mayoría de los presidentes no lo harían porque no quieren pasar a la historia como racistas. Pero a Donald Trump eso no le importa”.
Trump fue reprendido el martes (16 de julio) por la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, por sus “comentarios racistas” (del domingo 14 de julio) luego de decir que las cuatro legisladoras deberían “regresar” a sus países de origen si no son felices en Estados Unidos.
Pero las muestras contra las legisladoras han continuado.
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Tras la resolución condenatoria de la Cámara, Trump volvió a la ofensiva en Greenville. Para deleite de sus miles de partidarios, describió a Omar y a las otras tres demócratas, de “La brigada”, como “ideólogas de izquierda” que ven a EEUU “como una fuerza del mal”.
“Un voto para cualquier demócrata en 2020 es un voto para el avance del socialismo radical y la destrucción del ‘sueño americano’, francamente la destrucción de nuestro país”, remarcó el mandatario estadounidense.
Los gritos de “¡devuélvanla!”, vociferados por los partidarios de Trump, en Greenville, en el mitin del miércoles último, recuerdan a los cánticos de “¡enciérrenla!”, que los seguidores de Trump dirigían (en 2016) contra la rival demócrata Hillary Clinton.
Algunos republicanos han instado a Donald Trump a atenuar la retórica, pero el presidente está convencido de que su estrategia es ganadora, a pesar del riesgo de inflamar las tensiones raciales y ampliar la división partidista.
Omar respondió a los cánticos el jueves condenando los “comentarios racistas” de Trump y, en última instancia, calificándolo de “fascista”.
La “pesadilla del presidente es ver a una refugiada inmigrante somalí llegar al Congreso”, dijo a una multitud de simpatizantes cuando regresó a su hogar en Minnesota el jueves por la noche.
“Vamos a seguir siendo una pesadilla para este presidente, porque sus políticas son una pesadilla para nosotros”, dijo a través de un megáfono entre gritos de apoyo.
La ex primera dama estadounidense Michelle Obama, según la firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos YouGov, la mujer más admirada del mundo, respondió el viernes a los ataques del presidente Donald Trump contra la legisladora Ilhan Omar, nacida en Somalia y musulmana, recordando que la grandeza de Estados Unidos proviene de su “diversidad”.
“Lo que verdaderamente hace grande a nuestro país es su diversidad”, escribió en Twitter, en alusión a la frase de la campaña electoral de Trump “Make America Great Again” (Haciendo a Estados Unidos grandioso de nuevo).
“He visto esa belleza de muchas maneras a lo largo de los años. Ya sea que nazcamos aquí o busquemos refugio aquí, hay un lugar para todos nosotros. Debemos recordar que no es mi Estados Unidos o su Estados Unidos. Es nuestro Estados Unidos”, añadió la esposa del expresidente Barack Obama.
- Los gritos de “¡devuélvanla!” estallaron el martes por la noche en un acto de Trump “Make America Great Again” (Engrandecer a Estados Unidos otra vez) en Greenville, Carolina del Norte. En la Oficina Oval, Trump dijo que desaprobaba lo ocurrido. “No estaba contento cuando escuché eso”, aseguró.
- La legisladora estadounidense Ilhan Omar tildó el jueves de “fascista” al presidente Donald Trump, mientras él buscó distanciarse del clamor “¡devuélvanla!”, proferido en un mitin de campaña contra esta legisladora demócrata nacida en Somalia.
- “Hemos dicho que este presidente es racista, hemos condenado sus comentarios racistas”, dijo a los periodistas Omar, una de las dos mujeres musulmanas en el Congreso. “Yo creo que es un fascista”, remarcó Omar.