Kinga Wawro tuvo que aprender a sobrellevar la falta del antebrazo derecho; sin embargo, esta dificultad no cegó sus deseos de dedicarse a la mecánica automotriz. Por ello, sus amigos idearon una prótesis 3D, resultado de un proyecto con la fundación E-Nable, cuyos voluntarios dominan este tipo de impresiones a escala.
La joven de 19 años es estudiante de Jaroslaw, escuela técnica ubicada al sudeste de Polonia. Con la nueva extremidad, alumnos de la misma clase y familiares de Kinga son testigos de su evolución psicológica, pues ella misma dio a entender que su discapacidad no le impedirá sonreir ni trazarse metas como profesional.
Ya en el aula, como se puede ver en el video subido a Youtube, la polaca se atrevió a dibujar un corazón en la pizarra para probar la valía de su prótesis robótica. Después del conmovedor trazo, se acercó a darle un abrazo a su amiga, quien derramó lágrimas de la emoción.
El brazo 3D fue equipado con una linterna e imanes; así, Wawro se sentirá más cómoda al instante de atornillar autopartes o desempeñarse en labores afines. Además, Lucyna, su progenitora, dijo estar orgullosa tras enterarse que su hija aprobó los exámenes sin depender de terceros.
“Solía encerrarse. Tuvo que trabajar duro con psicólogos, realmente fue mucho trabajo duro”, subrayó su madre. A su vez, Kinga expresó que tenía miedo de los prejuicios por usar la tecnología 3D. “La gente en la calle me miraba y me dolía”, dijo.
“Ahora mi hija está sonriendo, mi hija está feliz, va a cumplir sus sueños gracias a estos maravillosos niños y profesores de esta escuela. Nunca podré pagar esta deuda, mientras viva”, añadió Lucyna.
Finalmente, la beneficiada con la iniciativa y futura profesional de mantenimiento vehicular aseguró, por su lado, que ya superó el temor y ahora sale de su casa mostrando su nuevo brazo para que la gente vea que es especial. Todo un ejemplo de superación.