Pedro Suárez-Vértiz fue el nieto de Germán Suárez-Vértiz, un pintor que inicialmente vivió en precariedad y hasta participó de peleas clandestinas, pero más adelante colaboró en la historia del Perú trazando a los personajes que figuraban en los billetes de ese entonces.
PUEDES VER: Pedro Suárez-Vértiz: ¿quién fue su famoso abuelo y cuál fue su aporte a la historia del Perú?
Germán Suárez-Vértiz nació el 7 de junio de 1897 en Iquique, Tarapacá. Su padre era médico y administraba con su esposa una botica que les fue arrebatada por la ocupación militar. La situación se volvió crítica y su madre se dedicó a la costura tras la muerte repentina de su cónyuge en las salitreras en plena fiebre del oro blanco, el salitre.
En 1919, se inscribió en la recién inaugurada Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1937, Germán Suárez-Vértiz abrió la Academia de Pintura Suárez-Vértiz y junto con su esposa brindó clases y trabó amistad con artistas como Francisco Abril de Vivero, Sabino Springett, Víctor Humareda y Tilsa Tsuchiya, por citar algunos.
Cuadro de la batalla de Tacna realizado por Germán Suárez Vértiz. Foto: Alvaro Suárez-Vértiz/Facebook
En su calidad de pintor, Germán Suárez-Vértiz aportó a la historia peruana el retrato de los héroes nacionales plasmados en los billetes denominados soles de oro, que circularon entre 1960 y 1980, por encargo del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Estos también fueron utilizados para ilustrar estampillas conmemorativas y los libros escolares de la época.
Germán Suárez-Vértiz dibujó los retratos de los billetes por encargo del BCRP. Foto: BCRP
PUEDES VER: Salvador Suárez-Vértiz le da el último adiós a su padre: “Elévate hasta el fin, te amo infinito”
En alguna oportunidad, el intérprete de 'Globos del cielo' y más temas de rock aseguró: “En Palacio de Gobierno hay muchas obras suyas. Destaca entre ellas el gigantesco Túpac Amaru que todos conocen”. El rockero también manifestó la negativa de su abuelo, Germán Suárez-Vértiz, a rebautizar la avenida 28 de Julio, en Miraflores, con su nombre cuando muriera, como le propuso un alcalde. “Le encargó a mi abuela María Teresa que no aceptara”, apuntó.