Por Omar Coca/URPI-LR
Romeo Santos en Lima. Me tocó cruzar todos los mares y todas las montañas imaginarias del tráfico de Lima para llegar aquí. Estamos en el Estadio Nacional. Solo hay espacio para soñar. Son las diez y cinco de la noche. En medio de besos, confesiones y abrazos, la bachata, ese género que le da ritmo al corazón, aparece en el escenario con su mejor intérprete, Anthony Santos. ¡Oh, Romeo!, como en las poesías de Shakespeare.
“Un cigarrillo me acompaña al abismo. Igual que tú, no tengo suerte en el amor”. Es la letra del tema "El pañuelo". Con blazer blanco y pantalones beige, delante de las pantallas gigantes, Romeo Santos de 41 abriles, nacido en Bronx, Estados Unidos, inicia así su gira “Fórmula volumen 3” con “Hilito”, “Siri”, “Volví”, “Cupido” y “El malo”. Las has escuchado. Las has cantado. Las has bailado. Eso fue lo que vivimos en el coloso de José Díaz.
Romeo Santos, como es costumbre, usó su trono para los amantes del género. Sentado en medio del escenario, cautivando a quienes combatieron con miles de personas en las filas.
Fiel a su estilo, solo una fue la afortunada de la noche al subir al escenario y cantar cara a cara con el popular cantautor. “Bájenla de ahí”, “Quisiera ser yo” y “Yo si me lo hubiera chapado” se oye de la fanaticada con el corazón en mano.
Dos metros de altura, así de alto es Romeo en el escenario. Sin duda, no había obstáculos. Totalmente agitada y sin perder la sonrisa.
Aquella jovencita no se inmutó a jugar con el artista. Si tan solo vieran dónde pone las manos, y claramente Romeo sabía que sus fanáticas mueren por él. “El amor es lo más raro que ha podido existir”, mejilla con mejilla, cerca de llegar al cielo y tocar las estrellas, ambos entonaron un himno ícono de su agrupación Aventura.
Romeo promete que las próximas, el 11, 12 y 14 de febrero, serán más que inolvidables. Una noche de baile, buena música y grandes recuerdos de la mano con un rey que sabe cómo emocionar hasta el más inexperto en el amor.
La organización, a cargo de la productora Tropimusic, estuvo a la altura. En tanto, los teloneros como DJ Peligro, Alvaro Rod y JP El Chamaco dieron el preámbulo de esta velada apta para el romance, para la soledad, para la nostalgia, para marcarla en el calendario de la vida.
Romeo Santos en el Estadio Nacional el 10 de febrero. Foto: Gerardo Marín/La República