The Killers realizó una increíble actuación ayer en el "Estadio Nacional". Las 15 mil personas reunidas en el recinto explotaron con los temas más conocidos del cuarteto.Conciertos, Lucero Chávez ( @ruloza ) El Estadio Nacional grita: “¡Olé, olé, olé, olé! ¡Killers, Killers!”. La multitud se desespera por los 20 minutos de retraso. Ya queremos verlos. De pronto, se asoman tres figuras conocidas: Dave Keuning, Mark Stoermer, Ronnie Vannucci Jr y después la que todos esperábamos: Brandon Flowers. El tema “Mr. Brightside” desata el éxtasis colectivo. La gente salta, se empuja hacia delante y atrás. Se convierte en una ola de furor. “Spaceman” nos impulsa a seguir vibrando. Flowers, vestido íntegramente de negro, como los demás miembros del grupo, nos contagia su simpatía. “BRANDON, TE AMO” – gritan unos chicos al unísono. El vocalista, padre de tres hijos, lo tiene todo: simpatía, talento y pasión. El público se para y toma un respiro en “The way it was”. Brandon, que conoce a su audiencia, interactúa con ella. “¡LIMA! Have you missed us?”, y luego dice en spanglish: “Nosotros también. It’s been too long”. La noche continua con “Smile like you mean it”, Flowers se hace del teclado y comparte protagonismo en escena con David Keuning, el guitarrista. Después interpretan tres éxitos de su nuevo álbum “Here with me”, “Bling” y “Miss Atomic Bomb”, canciones que nos hacen recordar algún amor pasado y frustrado. Los acordes de guitarra encienden a Lima, que siempre vuelve por más, y The Killers nos anima a seguir saltando con “Somebody Told me” . La iluminación, la pantalla de fondo, donde se proyectan diferentes escenas de la banda, y el icónico rayo, símbolo de los matadores, combinaban a la perfección con la vibra del concierto. “For reasons unknown” y “From here and out”, nos recuerdan que son una banda con sentimiento y lo asombroso es que saben proyectar eso a su audiencia, ya sea en sus canciones o en el escenario. Sentimos esa deliciosa presión en el pecho que experimentas al vivir algo inolvidable. La música es imparable. Los matadores se lucen con toda su experiencia en el escenario. Brandon comienza a hablarnos. Nos dice que de donde él viene, el refrán es “Lo que pasa en Vegas, se queda en Vegas” y que quiere cantarnos algo que habla sobre sus padres y su ciudad natal. “A Dustland Fairytale” comienza a sonar. Las 15 mil almas entonan a viva voz el tema que relata la historia de una cenicienta en espera de su príncipe y de los peligros a los que se enfrenta mientras pasa el tiempo. “Read my mind” y “Runaways” son infaltables en el show. Flowers hace suyo el escenario . Se sube a los parlantes y nos alienta a gritar más, a saltar más. Nos cae papeles de colores del cielo. “Gracias, Lima”, anuncia y se retiran de escena. ¿Volverán? Tienen que. Aún queremos más. El escenario se queda desierto. Los técnicos se asoman para limpiar y ordenar los instrumentos. The Killers vuelve a la tarima y la histeria a nuestra sangre. No podemos tener suficiente de ellos. Queremos más. Nos regalan los tres clásicos “All these things that I’ve done”, “Jenny was a friend of mine” y “When you were young” para complacernos y sentir un golpe final en el corazón. Nuestros pies nos duelen, el cuerpo ya no quiere responder, el agotamiento y el sudor se respira en el aire, pero más fuerte es el ímpetu y la pasión por la banda. Así que, Lima no para. Se mueve, salta, baila, grita y estalla. Brandon se baja al escenario para saludar a sus fans y darles la mano. La gente se empuja para alcanzarlo. Ronnie lanza sus palillos de batería. No podemos ser más felices. Nos mataron, pero para eso precisamente existen: para "asesinar".