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Espectáculos

Carlos Carlín desea que YouTube no lo desilusione como la TV: "Tuve momentos de locura por el rating"

Viste corbata y saco y, frente al micrófono de Carlín en la red, se instruye en los códigos de la biósfera de internet. “Es otro idioma”, declara. 

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El talentoso Carlos Carlín interpretó a Tony en "Pataclaun" (1997 a 1999). Foto: composición de Álvaro Lozano/La República/archivo personal/Bettina Villena

Carlos Carlín (52) aprendió a flotar en la playa de Casma, frente a una casa que compró hace nueve años: “La visualicé, la tengo y la quiero mucho. Es una de las cosas que me agradezco”. El Pacífico, primero, y el vacilante océano de las redes sociales, después, son los espacios de entrenamiento de un artista que tiene por ley colocar distancia entre su carrera profesional y la exposición mediática. De Antonio Eusebio Lechuga FacundoTony, para los amigos de "Pataclaun"— quedan la hilaridad y una frase ícono que hoy califica también a su faceta como entrevistador: “Extraordinario”. 

Insiste en huir de las antipatías virtuales —“Me he peleado en Twitter”— porque lo políticamente correcto, desde que consumió el arte de Quino, el autor de Mafalda, no forma parte de su construcción mental. Esta certeza la vuelca incluso en “Cancelados”, una puesta en escena acerca del éxito de una pareja de influencers que luego, desacreditada en el fugaz ‘social media’, intenta recuperar por la vía de ridiculez la aprobación de los seguidores. ¿Su novia teatral? Johanna San Miguel

—¿Cómo has mantenido la popularidad que llegó junto con Tony y cómo has resistido la vigilancia de los medios?  

—No es fácil mantenerse vigente después de 30 años en este medio. Ha sido porque siempre he hecho lo que me ha provocado hacer y, gracias a Dios, he tenido convocatoria (...). Eso responde a la vigencia; el tema de la invasión (mediática) no es algo que haya tenido muy presente. Yo recuerdo que cuando empezamos, en el año 92, no existía la exposición que tenemos ahora, ni siquiera en la época en la que hacíamos "Pataclaun" (1997) existía la presión mediática.

—No existía la presión mediática, pero sí existía el rating. En una entrevista confesaste que alguna vez te volviste loco por el rating.

—El rating siempre va a existir porque existe la competencia. Yo soy competitivo, muy competitivo, pero cuando estoy jugando el juego que quiero jugar. En ese momento (durante “La noche es mía”) estaba jugando un juego que no sabía jugar, que no quería jugar. Entonces, estaba bajo las reglas equivocadas; y sí, tuve momentos de locura por el rating, yo me fui por el rating. Pasé por todos los periodos: desconcierto, entusiasmo, ilusión, inocencia, desilusión, parálisis facial.

—Te alejaste del rating y ahora tienes un canal de YouTube (Carlín en la red). Es decir, te enfrentas a nuevas cifras: cantidad de suscriptores y de visitación. ¿Cómo mantienes la calma frente a este medidor? 

—¿Te das cuenta de que estamos permanentemente expuestos a esa guillotina? Las vistas, los seguidores… Estamos aprendiendo —digo “estamos” por el equipo que trabaja conmigo: Carla Revilla sobre todo, mi productora, la mujer que me impulsó a hacer este canal— de este universo nuevo y en donde yo soy muy competitivo una vez más. Me molesto, me resiento y me desanimo porque no tengo lo que yo quisiera, y felizmente tengo a mi lado a Carla, que me ecualiza para poder continuar y hacer un trabajo con felicidad.

—Es otro idioma. 

—Es otro idioma, tal cual. Hemos llegado a un planeta nuevo: hay que entenderlo, conocer cómo son los habitantes, cómo respirar, dónde encontrar comida. Es parte del chiste, ¿no? Yo reniego un poco por tener que aprender alguna cosa para poder seguir vigente, pero es parte de. 

—También existe un catálogo de contenido similar al que haces: los canales de Verónica Linares, Carlos Orozco, Milagros Leiva, Jesús Alzamora. ¿Cómo llevas una competencia sana? 

—No puedo pretender ser el único en un planeta tan grande como lo es YouTube; tengo que encontrarle a ese programa, a Carlín en la red, mi esencia, mi juego en este nuevo espacio, así como lo conseguí con “Wantan night”, así como lo he conseguido con el teatro a través de los años.

Su dinámica —su juego, como él la llama— se basa en la autonomía: desde el vocabulario hasta el tiempo de diversión. Ya había mostrado pinceladas en 1997, en su trato con Johanna San Miguel, la ‘Muñeca’— ‘Morsa con moño’, ‘Malagua vieja’, ‘Botija’—, con quien ahora planea una secuencia moderna de “Yo te amo, yo tampoco”, programa de radio y luego libro. 

—¿Te parece que tu faceta como entrevistador en YouTube es mucho más calmada que aquella que solías desplegar en televisión y radio? 

—Yo aprendí, o por lo menos entendí un poco, el oficio de la conversación en la radio, en Capital. El quid es escuchar y el protagonista de la situación es el invitado (...). “Oye, he contado cosas que no había contado antes”. Eso me parece un mérito de mi trabajo, pero a veces juega en mi contra que me aburra muy rápido. Entonces, si estoy haciendo mucho tiempo lo mismo, ya quiero hacer otra cosa y podría abandonar lo que he conseguido después de tantos años. Ahora, por ejemplo, en Carlín en la red, me provoca un tipo de conversación más libre y más disparatada.

—¿A quién deseas entrevistar?

—En el país he entrevistado casi a todos los ‘entrevistables’ (risas). Pero me encantaría conversar, por ejemplo, con un ídolo nacional como Jefferson Farfán o Paolo Guerrero o André Carrillo… ¡Algún futbolista! (...) Y no preguntarles por sus parejas o por las cosas que les preguntan todo el tiempo (...). Con quién se acostó o con quién no se acostó me parece una reverenda estupidez. 

—A propósito de preguntas hartantes, ¿en algún momento pediste que ya no se te pregunte sobre la paternidad?

—No, yo normalmente no digo: “No me preguntes sobre esto o sobre lo otro”, pero alguna vez han sido muy invasivos. Sí, algún colega tuyo: “¿Y por qué no tienes hijos?”. “Porque no me da la gana”. 

Tampoco “le da la gana” de volver a vestir una nariz de clown: “Ya no, eso ya fue. Ya tuvo una época y no se puede superar”. Prefiere conservar el cariño de una audiencia que hoy comparte memes y reels de su personaje, de un Tony noventero que es un fantasma respetable y no un alma en pena. “No haría un proyecto como ese, cualquier otro sí. Y el reto y los nervios que tendría que enfrentar serían iguales”, asegura. 

—¿Y qué te causa más nervios ahora, en tu vida profesional? 

—Siempre me preocupa la vigencia, la vigencia en hacer algo que me entusiasme. Soy workaholic: creo que mi estructura emocional es el trabajo. La creación de proyectos es como apretar varias teclas: alguna se activará. Ya no tener la ilusión, desaparecer o ya no tener las ganas de poder jugar, eso me da miedo.

Carlos Carlín se presenta en "Cancelados"

El espectáculo "Cancelados", producido por DEA Promotora y dirigido por Italo Cordano, estará disponible en el Teatro Peruano Japonés hasta el 25 de junio. ¿El horario? Los sábado a las 8.00 p. m. y los domingos a las 7.00 p. m.