Al cantante urbano César BK no le molestan las comparaciones con el popular influencer Osito Lima por sus videos sociales en TikTok. La plataforma se ha convertido para él en una gran oportunidad para darse a conocer.
A pesar de haber tenido un inicio poco prometedor en esa red social, ahora presume por haber sobrepasado en seguidores a Leslie Shaw, Ezio Oliva y Nicole Favre, mientras apunta a llegar a Viña del Mar y los Premios Latin Grammy con sus canciones “El precio mi libertad” y “Carolina”, según revela en conversación con La República.
Acabas de estrenar “Carolina”
Sí, es la tercera canción que estamos lanzando con la disquera estadounidense Ozner Music, distribuida por Sony Music Latinoamérica. Es una balada pop que habla sobre lo que es el amor, las etapas que tiene una relación, seguir intentando y no rendirse en el camino.
¿Es una composición tuya?
Sí, es solamente mía. “Carolina” es la primera canción que compongo solo sin mi equipo de trabajo; entonces si considero que esta canción es más íntima y 100% real. Porque en algunas otras composiciones como “Con ella” (2020), por ejemplo, tuve que tratar de amoldar mi idea a la idea del otro cantante (Nino Soto).
“Carolina” también es una canción profondo
Sí, todo lo que vayamos a recaudar durante los tres primeros meses, lo que entra a la disquera netamente, lo vamos a donar. Tenemos dos opciones. Una ONG de ayuda contra el cáncer, y la otra es para una persona en específico, que tiene una parálisis y necesita dinero para tener una mejor calidad de vida.
Hace poco llego a mí su caso, a través de un amigo cercano que vio mis videos y me comentó esto, y esta semana planeaba ir a visitarlo para ver las condiciones en las que vive. Lo que se recauda por videos no es mucho. Por un millón de vistas a nosotros nos entran 800 dólares. Yo tengo mucha fe en el apoyo que voy a recibir de mis seguidores, así que espero que eso ayude bastante a la persona a la que vaya destinado todo.
La donación saldrá solo de las reproducciones de “Carolina” en YouTube
No, en YouTube, en el stream de Spotify. Todo lo que nosotros recibimos de regalías durante los tres primeros meses, porque el tiempo de vida de una canción tiene un primer mes y medio, de ahí no tanto.
“Carolina” es una balada pop, pero tú eres un artista Latín urban
Yo he tenido la suerte de grabar una canción que aún no saco con Manuel Garrido-Lecca, productor de Pedro Suárez-Vértiz, ZEN, La mente. Con él grabé dos temas. El primero era un tema que estamos guardando para lanzar en Viña del Mar. El otro era urbano. Cuando lo grabé me di cuenta de que lo urbano era lo mío, pese a que me guste componer baladas y todo. El hecho de cantar música urbana, la energía, el feeling, todo lo que transmitía era lo mío y eso me termino envolviendo para decir: “¡Ya!, me voy por urbano!”
También hay que tener en cuenta la coyuntura del momento. En discotecas suena más la música urbana (antes de la pandemia). Por ahí era más fácil marketear.
Además, al componer mis canciones le puedo dar un toque divertido a la letra y me gusta hacer juego de palabras, por ejemplo, en los chanteos, que es la parte rápida. Eso no se puede hacer en baladas. Creo que el género (latin urban) me eligió a mí.
Cuéntame de la canción que grabaste para Viña de Mar. ¿Cómo se llama?
La canción se llama el “El precio mi libertad”. Es una composición mía.
La idea era participar este año, pero se canceló Viña del Mar. Si el próximo año se organiza el festival, por supuesto que vamos a apuntar con esta canción. Estuvimos conversando con la gente de Sony Music Latam para que se haga cargo de todo el trámite.
¿Quiénes participaron en la producción de “El precio mi libertad”?
Hay profesionales de alto renombre como Manuel Garrido-Lecca, Edú Olive, Lucho Benzaquen (guitarrista de Libido), el bajista de Gian Marco. Entre todos hemos logrado sumar un granito de arena.
“El precio mi libertad” es una canción folk pop...
El folk pop es una fusión y lo que nosotros decidimos hacer es sacar una canción que podría ser tranquilamente una balada pop, pero añadimos instrumentos andinos, peruanos, para identificar a nuestra música y nuestra raíz con eso. Entonces, no solamente era el tema de que era folk, sino también algunas mezclas de huayno.
Además de representarla en Viña del Mar, también queremos presentarla para lo que sería los Latin Grammy.
¿Qué otros trabajos enviarán a los Latin Grammy?
Para este año hemos mandado la canción “Asuntos pendientes” (2021). “Carolina” también la estamos mandando para participar en composición. Estamos tratando de soñar en grande.
“El precio de mi libertad” todavía no ha sido lanzada. También evaluamos hacerlo durante el Bicentenario, pero si lanzamos ahí nos tendríamos que desligar de Viña del Mar, y eso es exactamente lo que no queremos hacer.
En el videoclip de “Asuntos pendientes” trabajaste con el influencer Franco Salcedo. ¿Vas a seguir convocando influencers?
No. Definitivamente el siguiente paso es empezar a apuntar a artistas un poco más conocidos, más grandes, que sean netamente de la industria musical, nombres como Ezio Oliva.
El próximo estoy viajando a Colombia a grabar con los productores de Mike Bahía y Greeicy (Rendón). Entonces, también me gustaría la posibilidad de buscar nuevos horizontes y artistas un poco más grandes.
Ahora, tú eres un influencer. Tienes una gran acogida en TikTok. Incluso te comparan con Osito Lima, por tus videos de ayuda social.
Me causa gracia la comparación. Mis seguidores me dicen el Osito Playa, Osito Tacna, porque justo por cuarentena viajé a Tacna, pero esta no es la única ciudad en la que estoy. Tengo planificado hacer una pequeña gira de apoyo empezando por Ilo, luego Moquegua, Arequipa, todo el sur y Lima.
Pero ¿tú eres un tiktoker o eres un cantante?
Yo soy un cantante que descubrió TikTok y se quedó.
¿Cómo así descubriste TikTok?
TikTok empezó a sonar desde hace tiempo, pero no me animaba a hacer (muchos cantantes no se animan a hacerlo). Al inicio, ninguno de mis videos se hizo viral. Tenía 100 vistas. Y me dije: “Asu me voy a estar matando para que solo me vean 100 personas”. Lo dejé cuatro meses y después dije: “Le voy a dar otra oportunidad”.
Empecé grabando tres videos diarios, luego siete al día, y empecé a crecer. Mi meta era llegar a los 10.000 seguidores. Lo más difícil fue llegar a los primeros 1.000. Después, en un abrir y cerrar de ojos llegué a 10.000, luego 50.000, 100.000.
Los números dejaron de ser mi meta. Me comparé con otros artistas que se dediquen a la música y que no sean figuras públicas que estén en Esto es guerra o cosas así, porque lógicamente algunos de ellos tienen más seguidores que yo. Ahorita, la única que me falta pasar es Leslie Shaw. Ya sobrepasé a todos los demás.
Hace un mes pasé a Nicole Favre, que tenía 200.000 mil seguidores, a Ezio Oliva también lo pasé. Ahora, mi meta terminó siendo: “Quiero ser el cantante que tenga más seguidores en TikTok”.
Mario Hart que no hace TikTok ahora, tiene más de un millón de seguidores. Quiero llegar en algún momento a tener esa cantidad.
¿Por qué ese objetivo?
Porque eso es atractivo para los ojos de otros artistas. Tengo 12.300 seguidores en Instagram, pero creo que eso no llama tanto la atención a algún cantante que esté buscando a alguien con una base de seguidores grande como para poder hacer un feat. Entonces, ese es mi principal objetivo.
Pero en TikTok no promocionas tu música. Tus videos son de ayuda social...
Yo cometí el error de decir en uno de mis videos que había lanzado mi última canción “Carolina”. Dije esto y puse el link del video en mi perfil. Y me sancionaron.
Entonces, ¿cómo puedes promocionarte como cantante en TikTok?
Lo que hago son lives. Cuando haces un live en TikTok, todos tus videos tienen un mayor alcance, se disparan, crecen, y empiezan a tener más vistas.
Todos mis lives son cantando. Es ahí donde yo le pongo el punche. Cuando la gente entra, se entera de que soy cantante. Me hacen preguntas para conocerme, me escuchan y les agrada.
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