Desde el altiplano peruano, en la década de los 90, una voz conquistó la escena musical, con un ritmo totalmente nuevo y fresco, un subgénero que al poco tiempo los especialistas denominarían como cumbia sureña. Se trataba de Franco Rojas y Sociedad de Juliaca, un grupo de músicos que desató una movida que persiste hasta nuestros días.
Cuando Franco Rojas, cuyo verdadero nombre es Francisco Rojas Caila, habla de la cumbia sureña su voz denota el sentirse satisfecho y orgulloso de haber impulsado una creación que con el correr de los años sería adoptada por nuevas generaciones. “La onda sureña es una mezcla de muchos sentimientos, cumbia y el estilo andino”, resume.
Sembrada la semilla de la onda sureña y con seguidores que llenaban estadios en Puno, Arequipa, Tacna, Chile, Ecuador, Argentina, entre otros, Franco Rojas decide formar su propio grupo a fines de 1999 al que denominó Sinceridad. En sus notas mantiene el estilo que lo caracterizó: mezcla la cumbia con la melancolía del huayno; técnicamente los protagonistas continúan siendo los teclados y la percusión.
En la Nochebuena del 2012, la muerte asomó. Mientras retornaba a Juliaca procedente de Arequipa, el vehículo en el que viajaba colisionó con un tráiler. Estuvo en coma durante mucho tiempo. Le tomó dos años reponerse físicamente de aquel accidente de tránsito. “Estuve ausente de la escena dos años. Tuve comprometidos el cráneo y el corazón”, dice mientras reconoce que las secuelas del siniestro desaparecieron con el pasar del tiempo. El proceso fue duro.
Aquel revés no lo detuvo, pero a decir de Rojas hubieron dos factores que determinaron su recuperación total. “Me hicieron bien los escenarios y el público, diría que se convirtieron en mi terapia”, sostiene mientras recuerda los primeros años de su recuperación.
Paulatinamente volvió a retomar su trabajo, pero este año era sumamente importante para el cantautor. Se había preparado para lanzar una nueva producción con unos 12 temas. La pandemia atrasó por un tiempo sus aspiraciones. No obstante, ha retomado su trabajo.
Esta vez Franco no está solo, Frank Rojas, uno de sus cuatro hijos, lo acompaña en esta nueva aventura. Habrá novedades -explican-, pero el estilo se mantiene.
La incursión musical de Rojas no fue una improvisación. Estudió en la Escuela de Formación Artística de Juliaca, por lo que es docente, compositor y cantautor. Precisamente fueron sus composiciones las que condujeron al grupo Sociedad hacia el éxito rotundo con canciones como Prueba de amor, Hechicera, Qué casualidad, Juguetona, Eres tú, entre otras.
“Entre la belleza y encanto del Collao, de las olas del misterioso lago Titicaca y de los fuertes vientos del sur, emergió la voz lírica, jubilosa y nostálgica de Franco Rojas, estudioso de sus culturas autóctonas que luego fusionó en un movimiento musical con dinámica social a la que llamó cumbia sureña”, resume Apdayc, institución que en junio del 2019 reconoció a los primeros integrantes de Sociedad y a él como forjadores de este género.
Con relación al cantante gira un mito, pero en resumidas cuentas se podría decir que no es ni de Juliaca ni de Tacna. Muchos consideran que es juliaqueño de corazón y durante mucho tiempo se creyó que era tacneño de nacimiento. Sin embargo, en esta entrevista para La República reveló que abrió los ojos al mundo en la provincia de Espinar, en Cusco.
Franco Rojas, con más de 30 años de vida artística y más de 100 composiciones en su haber, ve de manera positiva a la competencia. Sostiene que muchos artistas del pasado y de la nueva generación aparecieron para luego no saber más de ellos. Como creador de este movimiento musical considera que solo la persistencia y la necesidad por mejorar pueden permitir que el público acoja a quienes buscan su aplauso.