No había fiesta alguna en la que, a inicios de los 2000, no se bailara y cantara “El Arbolito” u “Ojitos Hechiceros”, algunos de los tantos éxitos de una de las agrupaciones de cumbia peruana más conocidas en Latinoamérica: el Grupo Néctar.
El fundador de esta agrupación, Jhonny Orosco, habría cumplido 50 años de vida este 6 de julio, si no fuera por el aparatoso accidente que sufrió junto a todos los miembros de Néctar el 13 de mayo del 2007 en Argentina.
Jhonny Orosco, de origen ayacuchano, ofreció junto a su grupo musical un concierto el 12 de mayo del 2007, en la discoteca El Mágico, en Buenos Aires, Argentina.
En la madrugada del 13, el cantante, junto a ocho miembros de Néctar y otras 4 personas, se subieron a una furgoneta Mercedes Benz para trasladarse a El rey de la Sabrosura, otro local donde tocarían sus pegajosas canciones.
En el camino, el Mercedes Benz en el que viajaban por la autopista 25 de mayo, en el sur de Buenos Aires, manejado por el empresario peruano Juan Murillo, chocó contra un auto Fiat, se salió de la vía y estalló en llamas. Todos murieron en el acto.
Ese 13 de mayo del 2007, fecha en la que se celebraba el Día de la Madre, el Perú se levantó con la terrible noticia de la muerte de Johnny y Enrique Orosco, Miguel Porras, Ricardo Hinostroza, Pascual Pine, Pedro García, Juan Carlos Marchand y Daniel Tahuana.
Los cuerpos fueron repatriados a Perú y dos meses después, en julio del mismo año, recibieron un homenaje en la Plaza de Acho de Lima, lugar a dónde acudieron millones de seguidores.
El intérprete de “Pecadora” y “Muchachita” dejó un legado muy importante para la cumbia, género musical que empezó a sonar aún más tras el desenlace del Grupo Néctar.