El País
Ha sido una de las protagonistas de esta semana y, una vez más, no por su trabajo. Blanca Suárez ha ocupado titulares porque su relación con Mario Casas ha llegado a su fin después de casi dos años juntos. Una noticia que no deja de ser un reflejo de lo que lleva ocurriéndole a la actriz a lo largo de los últimos años. El gran público la conoce desde hace décadas gracias a su profesionalidad, pero últimamente las noticias sobre ella están más relacionadas con la moda, las amistades y, sobre todo, sus parejas.
Suárez, de 31 años, debutó a los 19 como una más del joven reparto de la exitosa serie ‘El internado’, que se acabó convirtiendo en una auténtica cantera de actores. Ella fue sin duda la que dio el salto de mayor longitud y acabó cayendo entre los brazos de grandes directores españoles como Álex de la Iglesia (El bar, Mi gran noche), Nacho García Velilla (Perdiendo el norte) o José Luis Cuerda (Tiempo después). En 2011, Pedro Almodóvar contó con ella en La piel que habito, en un papel que le valió una nominación a los Goya como Mejor Actriz Revelación.
Un año después, el cineasta manchego repitió con su nueva musa y la incluyó en el reparto de Los amantes pasajeros, otorgándole el placer de pisar alfombras rojas internacionales como las de Cannes o Hollywood. Pero convertirse en chica Almodóvar no le ha servido a Blanca Suárez para dar el salto definitivo y lanzarse a la aventura americana. La que se decía que podía ser la nueva Penélope Cruz se quedó a mitad de camino y prefirió asentarse en España.
Esto le ha supuesto intercalar grandes momentos profesionales –como el que vive actualmente con ‘Las chicas del cable’– con algún otro proyecto menos exitoso. Unos vaivenes laborales que la intérprete de ‘El barco’ ha sabido paliar con su imagen. Todo lo que hace crea tendencia, las agencias se la rifan y, desde hace unos años, se ha convertido en un auténtico imán para la industria de la moda y la belleza.
Ella siempre ha dicho que, aunque sí le importa, la imagen no le obsesiona. “Tengo claro que no soy una modelo”, reconoció en una entrevista. Si se echa un vistazo a su perfil de Instagram, donde acumula más de 3,8 millones de seguidores, la mayoría de la veintena de publicaciones del pasado octubre están relacionadas con marcas. Un gesto que parece confirmar que, en ocasiones, su trabajo en publicidad le reporta mayores beneficios que la propia interpretación.
En todo este tiempo la actriz tampoco ha estado exenta de polémicas. Después de la que surgió hace tres años tras una campaña de publicidad en la que le acusaban de haber usado Photoshop para parecer más delgada, la actriz también se ha metido en algún lío después de asegurar que el feminismo era “una moda”. Al final, un constante vaivén que rodea a Blanca Suárez y que hace que, sin ella quererlo, no solo sean sus trabajos en la pequeña y gran pantalla los que lleven su nombre a titulares y portadas de revistas.