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Espectáculos

Selvámonos: así se vivió el festival de música en Oxapampa

Este año se cumplieron 11 años del Festival Selvámonos en la selva de Pasco.

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Selvámonos

Puedes cortarte el cabello en la selva, en medio de un festival, con conciertos a pocos metros y tomarte una helada cerveza. También, aprender a cortar un tronco con una sierra y ver cómo los expertos la utilizan para destapar una botella de trago. Si te agradan las competencias, verás a jinetes participar en una carrera de cintas a caballos. Los mismos que luego estarán listos para bailar una marinera norteña. Porque sí, son caballos de paso. Y encontrarás funciones de teatro. Todo esto, también es Selvámonos.

Lionel Igersheim, un francés que llegó en 2006 a Lima para mejorar su español, es el responsable del Festival Selvámonos. En su primera visita al Perú, conoció Oxapampa y un día, gracias a su gusto por la música, se propuso organizar conciertos en medio de la naturaleza.

Este 2019, se cumplen 11 años del Festival Selvámonos. En busca de que las persona se aíslen del trajín diario, la organización creó los “selvacocos”, la “moneda” autorizada para comprar en los conciertos. Cada sol equivale a un “selvacoco”. “Crear una moneda es parte de estar en otro universo”, dice Lionel.

Durante la organización del Festival Selvámonos participan 10 personas; sin embargo, cuando este ya es una realidad, el equipo de trabajo crece a más de 200 personas.

Conciertos en Selvámonos

Lionel Igersheim, creador del Festival Selvámonos, reconoce que el principal criterio para invitar a una banda a tocar en Oxapampa son los gustos de los organizadores.

Los Amigos Invisibles fue una de las bandas internacionales que llegó este año. Los venezolanos resaltaron que la oportunidad que les brindaba el Selvámonos, además de tocar en la selva peruana, era de conocer nuevas propuestas musicales. “Este tipo de música a veces no nos llega. Lo bonito es llegar y descubrir a nuevos músicos”, resaltó el grupo.

Los Amigos Invisibles

Otra de las agrupaciones internacionales invitadas fue La Vida Bohème, quienes en su llegada conocieron el trabajo de Alejandro y María Laura y lo calificaron como “genial”. Los integrantes también se mostraron entusiasmados de poder compartir escenario con Los Mirlos, a quienes reconocieron como una influencia.

“Ellos han influido mucho en nuestra carrera musical, sobre todo, en el uso de la guitarra. En el segundo disco hemos imitado muchas cosas que ellos ya han hecho, como el sonido de los pájaros”, explica Henry D’Arthenay, vocalista de La Vida Bohème.

La Vida Boheme

Otra de las sorpresas de la noche fue Randome Recipe, una agrupación canadiense que no dudó en recordar el triunfo peruano en el fútbol que nos permitió pasar a la semifinal en la Copa América, horas antes de su presentación. Además, se animaron a subir a un fan que llevaba una ropa de la selva peruana al escenario y, para terminar, las cantantes se tiraron sobre el público. El show fue uno de los más aplaudidos.

Randome Recipe

Por su parte, Los Mirlos resaltaron su gusto por tocar en la selva y el hecho de que este concierto pueda reunir a una gran cantidad de personas en la naturaleza, algo que se suele ver en las fiestas patronales.

Los Mirlos

El clima y Selvámonos

La lluvia sorprendió los dos días a los asistentes del Festival Selvámonos. Al ser las actividades realizadas en el fundo Cemayu, algunas de las zonas quedaron empapadas por unas cuantas horas. Los problemas para desplazarse los tuvieron quienes no llegaron con un calzado adecuado para el lodo.

Sin embargo, las actividades se pudieron realizar con normalidad y, luego de la lluvia, ambos días, se vieron arcoíris.

Lo que se viene

Junio terminó con las celebraciones de Festival Selvámonos y este agosto los 10 organizadores principales se reunirán para preparar lo que se vendrá el 2019 Esto incluye invitar, desde este año, a las bandas internacionales.

Lionel cuenta que el proceso con los artistas extranjeros se da en tres partes: les agrada la idea de tocar en la selva peruana, se dan cuenta de que es un camino largo llegar a Oxapampa y, finalmente, ya en el festival, se desconectan y disfrutan de la experiencia.