Por Santiago Roca Prof. principal Universidad Esan Analistas de países desarrollados comentan a menudo que para que los Estados Unidos y Europa mantengan su competitividad, sus tipos de cambio se deberían devaluar entre el 30% y el 50% frente a las monedas de los países emergentes. ¿Por qué se dice esto? ¿Qué implicancias tiene para el Perú? El problema nace debido a que a las empresas de los países desarrollados les conviene establecer sus operaciones en países con costos laborales bajos; mejoran así sus utilidades y luego venden a sus propios conciudadanos productos a precios más bajos, que se producen en el exterior. Esto si bien favorece a sus consumidores les hace perder miles de cientos de puestos de trabajo y competitividad. La razón es que a diferencia de muchos mercados en donde se transa productos y activos a precios similares (excepto costos de transporte), en el mercado de trabajo las diferencias de salarios son abismales, lo que incentiva a las empresas a establecerse en los países emergentes. En teoría en una economía mundial libre y abierta a la entrada y salida de capitales, los tipos de cambio deberían poco a poco ajustarse hasta hacer que los salarios en los países desarrollados sean competitivos o similares a aquellos de los países emergentes. Por ejemplo, si actualmente el sueldo mensual por hacer un trabajo específico en el Perú es 2,100 soles y el tipo de cambio es 3 soles por dólar, el sueldo en dólares es 700 dólares; pero si el tipo de cambio se reduce a un sol por dólar, el sueldo en dólares se eleva a 2,100 dólares mensuales –el monto que asumimos se gana por este mismo tipo de trabajo en USA. Es decir, la revaluación del sol o la devaluación del dólar elevan los salarios en dólares en el Perú y empareja los sueldos y la competitividad del trabajo entre los dos países, evitándose así la relocación de las empresas en países emergentes. Esta es la razón por la que los analistas extranjeros vienen sugiriendo la devaluación del 30% al 50% del dólar y del euro en relación con las monedas de los países emergentes. ¿Pero cuáles son las consecuencias de que el sol se revalúe? No hay duda de que la revaluación del sol significaría el encarecimiento de nuestros productos en los mercados mundiales y la pérdida de miles de puestos de trabajo en el Perú. A su vez, los peruanos con trabajo van a comprar productos más baratos del exterior pero a costa de un aún mayor desempleo interno; lo mismo que les pasa hoy a EEUU y la Unión Europea. El ajuste de tipo de cambio para mejorar la competitividad de USA resulta ser un juego de suma cero que perjudica a quien cede o permite que su tipo de cambio se revalúe. ¿Qué es entonces lo que está mal? Si en el mundo existiera una verdadera economía de libre mercado y perfecta movilidad del trabajo, el ajuste debiera más bien darse en el mercado de trabajo y no en el tipo de cambio. Los países con abundancia de trabajadores (salarios bajos) verían a sus trabajadores moverse a los países de mayores salarios presionando para que los salarios bajen en esos países y suban en los nuestros. Así, para trabajos de igual calidad y productividad se emparejarían los salarios entre ambos países, cerrándose de paso las ominosas brechas de ingreso entre países. Eso sin embargo no es posible porque los países avanzados no aceptan la libre movilidad del trabajo e impiden la entrada a sus territorios, evitando que sus salarios disminuyan. La verdadera globalización no existe sino solo en lo que les favorece. Los países desarrollados prefieren la devaluación de su tipo de cambio en vez de reducir sus elevados salarios, perjudicando el empleo y la producción del resto del mundo. Y los que dirigen la economía nacional se han preguntado ¿qué es lo que beneficia al Perú? ¿Cuánto más soportaremos que se reduzca el tipo de cambio sin que nos explote a nosotros mismos?