La inflación en Estados Unidos bajó en julio hasta 2,9% en términos interanuales, de acuerdo con su Oficina de Estadísticas Laborales.
Si bien es el dato más bajo desde marzo de 2021, cuando llegó a 2,6% para luego emprender su ruta alcista hasta un pico histórico de 9,1%, no visto en cuatro décadas, se mantiene muy por encima de la meta de 2% establecida por la Reserva Federal (Fed).
Por otro lado, la inflación subyacente —es decir, la que no contempla precios de alimentos y combustibles— bajó a 3,2% en los últimos 12 meses.
Mientras que el precio de la energía se mantiene estable tras caer en los dos meses anteriores, acumulando una variación de 1,1% en términos interanuales; y alimentos, una de 2,2%.
Al respecto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró que “los precios siguen siendo demasiado altos: las grandes corporaciones están acumulando ganancias récord y no están haciendo lo suficiente para bajarlos”.
“Aún nos queda trabajo por hacer para reducir los costos para los trabajadores estadounidenses, pero hacemos verdaderos progresos, con los salarios aumentando más rápido que los precios en los últimos 17 meses”, remató Biden.
Medios internacionales revelan las expectativas tras el dato inflacionario reciente en el gigante norteamericano. A juicio de Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics, la Fed tiene luz verde para reducir en 25 puntos los tipos referenciales, que oscilan actualmente entre 5,25% y 5,50%, su nivel más alto desde principios de siglo.
En tanto, economistas de HFE, acotan que no hay una brusca contracción de los precios “como se podría esperar en caso de un desplome económico”; y por ende, no hay la fortaleza suficiente para que Fed baje las tasas hasta en tres ocasiones este año.