En un año donde se espera que la inversión privada en minería caiga 18%, el Gobierno de Dina Boluarte juega sus cartas para mantener a flote al interés empresarial –cuyas expectativas siguen en terreno negativo desde hace dos años y medio–, y garantizaron que no transgredirán el esquema actual de recaudación tributaria para este sector.
“No habrá modificaciones tributarias. Todos los cambios de cara a aumentar la capacidad de recaudación serán basados en la lucha contra la informalidad, la ampliación de la base tributaria y las mejoras significativas de la hacienda y el gasto público”, mencionó, en la clausura de Perumin 2023, el titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras.
Cabe mencionar que en lo que va del año, la recaudación en minería e hidrocarburos cayó 43,4% (y 47,6% solamente en el subsector minero); caso contrario, la producción subió 10,01% en el acumulado a julio y en los últimos doce meses, 13,35%, según cifras del INEI.
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Ante el deterioro de la confianza empresarial e inestabilidad política, en un escenario donde más del 80% de la población rechaza a la gestión de Dina Boluarte y del Congreso, según el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), las palabras de Contreras dan la estocada a una iniciativa cocinada durante el gobierno de Pedro Castillo: subir los impuestos a la minería ante el boom de los metales.
Y es que con la pandemia, el oro, zinc y cobre tocaron valores no vistos en poco más de una década, lo que daba espacio –a propuesta del entonces ministro Pedro Francke– para captar más recursos, por ejemplo, de las utilidades mineras, siempre que sus ganancias operativas sean altas. En 2021 estas registraron ingresos por US$13.500 millones. Sin embargo, el Congreso le negó esta posibilidad y la excluyó del paquete de facultades legislativas brindadas en tiempos de coronavirus.
Contreras Miranda enfatizó que es importante la predictibilidad, y por ello, mantendrán el esquema actual que rige para la minería.
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A pesar del tiempo, CooperAcción recuerda que los precios, en términos interanuales, aún siguen elevados: cobre (+8,0%), oro (+14,4%) y plata (+22,9%). Solo el zinc cayó 21,4%, pero aún supera a lo visto a inicios del 2020. Asimismo, la presión tributaria peruana sigue contrayéndose desde el segundo trimestre del año pasado (17,4% del PBI) y ahora se ubica en 15,6%, lejos de Brasil (22.4%), Chile (21.1%) y Argentina (20%).
El funcionario aseguró que “la minería abarca un 11% del PBI y de la inversión total, respectivamente, sumado a que en los últimos 20 años las exportaciones crecieron 14 veces”, y celebró que Perumin deje un horizonte por más de US$50.000 millones en proyectos “que todos podemos sacar adelante”.
“Trabajamos en crear un hub minero en el sur para que la inversión pública complemente a la privada. Por eso, en (el Presupuesto Público) 2024, se asignaron más de mil millones de soles para 37 municipalidades de la zona sur”, puntualizó.
Reconoció la importancia del diálogo con las comunidades, para lo cual el equipo especializado de seguimiento del MEF seguirá apostando por destrabar operaciones.
Además, para alentar a la actividad extractiva, aseguró que “le darán más empuje” a todas sus etapas productivas, siendo vital aquí la materialización de la Ventanilla Única Digital y la optimización regulatoria para que los trámites y las respuestas sean más rápidas. “Se ha creado una comisión de alto nivel para el seguimiento a los proyectos, tanto de inversión pública como privada, de tal forma que se tomen las decisiones más importantes de manera oportuna y rápida”, acotó.
La OCDE –bloque al que aspira incorporarse el Perú– advirtió recientemente que nuestro mercado está altamente concentrado y no da espacio a la competencia.
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Al ser abordado por este diario, Contreras señaló que la idea de estas observaciones es reducir las barreras que impiden el ingreso de nuevas empresas.
Y, en materia macroeconómica, insistió en que no se caiga en polos, especialmente negativos, ya que con los programas de impulso a las mype y créditos suplementarios con la política fiscal a tope, asegurarán el crecimiento del PBI –que este año, a lectura del BCRP, sería de 0,9%, su variación más débil, sin contar la pandemia, en 20 años–.