La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló que la caída relativa de los precios internacionales de los alimentos primarios no ha logrado traducirse, en toda su dimensión, en una disminución de los precios a nivel minorista de mercados internos, lo que da a entender que las presiones del coste de vida podrían persistir en 2023.
En su reciente informe de Perspectivas Alimentarias, FAO sostiene, por ejemplo, que los precios mundiales del maíz bajaron 10,2 % entre abril y septiembre de 2022, pero solo se trasladaron en 4,8 % en promedio si se comparan con la moneda local efectiva de países en desarrollo (importadores netos).
El principal riesgo es que la subida de los precios mundiales, impulsada por el aumento de las cotizaciones de frutas, hortalizas, azúcar y productos lácteos, desaliente la demanda, especialmente en países vulnerables económicamente.
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De esta manera, FAO prevé que el coste mundial de alimentos ascenderá a US$1,98 billones en 2023, 1,5% más que en el año anterior, cuando ya se incrementó un 11 % tras haber aumentado ya un 18% en 2021.
Ante ello, el organismo internacional señala que los sistemas mundiales de producción agroalimentaria siguen bajo asedio de perturbaciones derivadas de fenómenos meteorológicos, tensiones geopolíticas, cambios de políticas y novedades en otros mercados de productos básicos.
Estos factores podrían variar el equilibrio entre la oferta y la demanda, y repercutir sobre los precios y la seguridad alimentaria global. Por ello, FAO pone de manifiesto la importancia de las intervenciones bien adaptadas para combatir la inflación, las cuales además cumplen un rol de sosiego social ante un posible malestar que posponga la recuperación global.
Se prevé que la producción mundial de cereales secundarios aumente un 3% hasta alcanzar los 1.513 millones de toneladas.
La producción de trigo en 2023 caerá 3% respecto de su máximo histórico de 2022 debido a la disminución prevista en Australia y Rusia.
Se espera un alza de la producción mundial pesquera debido a un aumento previsto de la industria acuícola a medida que la pesca de captura vaya reduciéndose.