Áreas Naturales desprotegidas
Para la representante de DAR, el desarrollo económico es un pilar del desarrollo sostenible; sin embargo, tiene que ir enlazado con el desarrollo social y ambiental.
Por Iris Olivera, representante de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR)
En el subsuelo de áreas naturales de alta protección, como el parque nacional Manu y el Bahuaja Sonene y su corazón, el Candamo, se encuentran depósitos de hidrocarburos que periódicamente vuelven a la mira del Gobierno de turno con el fin de promover su extracción.
Los parques nacionales, así como los santuarios nacionales y santuarios históricos conforman las llamadas “áreas naturales protegidas (ANP) de uso indirecto”, en las cuales -debido a su alto valor y fragilidad- la actual legislación prohíbe la extracción de recursos naturales y transformaciones del ambiente natural, existiendo en la actualidad 28 áreas de este tipo en el Perú, que son el orgullo de los peruanos y nos ponen en el ojo del mundo por su importancia.
El futuro de todas estas áreas y su protección podría reducirse alarmantemente de avanzar una propuesta de proyecto de ley promovida por el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y desarrollada por Perupetro, que presenta quince modificaciones al marco normativo de ANP, contraviniendo la Constitución Política del Perú -dado que “el Estado está obligado a promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas” (artículo 68)-, y debilitando el marco legal que las protege, para impulsar la industria del petróleo y gas natural; priorizando las actividades extractivas sobre la conservación de la biodiversidad y de las poblaciones originarias que usan sus recursos.
La pretensión del sector hidrocarburífero tiene como objetivo la exploración y explotación de petróleo y gas natural en toda la extensión de las ANP sin restricciones, así como la promoción de áreas con potencial hidrocarburífero (“áreas promocionales”), es decir, establecer nuevos lotes de hidrocarburos sobre las ANP (expectativa de establecer futuros derechos adquiridos). Estarían en la mira del sector 21 ANP, entre ellos el Parque Nacional del Manu, donde han identificado áreas promocionales de hidrocarburos.
Iris Olivera. Foto: DAR
Para ello, una de las propuestas más graves es que permitiría el aprovechamiento de recursos renovables y no renovables en ANP que se superpongan con proyectos declarados de interés nacional y necesidad pública, de manera excepcional; y en áreas de uso directo sin excepción. Con ello la protección de las ANP sería meramente declarativa.
Además, la propuesta del MINEM pretende establecer en cualquier momento derechos adquiridos (antes y durante del establecimiento de un ANP), la creación y gestión de un ANP no podría afectar las áreas promocionales para extracción de hidrocarburos, con lo que no habría ningún filtro para las actividades extractivas en estas áreas; y para la aprobación del plan maestro -principal instrumento de gestión de un ANP- sería el Minem quien intervenga con opinión previa favorable de dicho sector, introduciendo así nuevos mandos en la gestión ambiental.
El Ministerio del Ambiente y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) deben pronunciarse sobre esta propuesta, en el marco de nuestra normativa nacional, así como del respeto de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, y de los compromisos ambientales asumidos en el Tratado de Libre Comercio del Perú con Estados Unidos, el Acuerdo de París y el Convenio de Diversidad Biológica, entre otros.
El desarrollo económico es importante, de hecho es un pilar del desarrollo sostenible, pero tiene que ir enlazado con el desarrollo social y ambiental. Solo hace unos días el Parque Nacional del Manu, importante ANP y Patrimonio de la Nación, reconocido como Reserva de Biosfera y Patrimonio Natural de la Humanidad de acuerdo a la Unesco celebró sus Bodas de Oro. Actuemos ahora para que las próximas no se conviertan en Bodas de Petróleo.
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