Con limitaciones en algunos sectores, el abastecimiento de combustibles en el interior del país parece retomar su libre curso luego de que los bloqueos por el cierre del Congreso amainaran en las últimas horas.
Según verificó un equipo de La República, los precios de la gasolina 90 en el Cercado de Lima y otros distritos pasaron ayer de S/16,45 a S/16,15 por galón, en promedio, mientras el diésel se podía encontrar entre S/19,29 y S/19,89. El GLP en Lima se encuentra entre S/7,29 y S/8,59; a diferencia de jornadas previas, ya no se registraron colas ni demoras de abastecimiento, aunque el panorama no es igual en todo el territorio.
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Aunque el GLP es el más crítico. Carlo de los Santos, consultor de la Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL), refiere que el abastecimiento por camión cisterna seguirá en ascenso a medida que las vías se liberan, pese a que persisten problemas en algunas regiones, sobre todo del sur, como Chala y Abancay.
En Cusco y Arequipa, por ejemplo, envasadores de GLP doméstico esperaban que el último stock del combustible se acabara en horas de la tarde.
“Muchos distribuidores ya no tenemos nada de balones premium ni normal. Las cisternas no llegan a la ciudad, por lo que abastecerse es imposible”, indicó uno para este diario.
De los Santos explica que este combustible, derivado de los líquidos del gas natural de Camisea, no solo sirve para recargar automóviles, sino para suministrar de calor y energía a restaurantes, hoteles, lavanderías y hasta avícolas. Los problemas son al sur, porque en el norte “ya todo está controlado” desde la planta de Petroperú.
“Los envasadores de GLP están haciendo lo humanamente posible para no trasladar el costo del flete (el transporte por cisterna) a los consumidores finales, pero si se bloquea la matriz que abastece la recarga, entonces tanto el gas para uso doméstico como a granel se verán afectados”, indica.
El presidente de la Asociación de Grifos y Estaciones de Servicio (Agesp), Edwin Pinedo, refuerza esta tesis y expresa que la recarga con cisternas de entre 1.000 y 10.000 galones de gasolina podrían ser más lenta en algunas provincias alejadas de la costa, donde el stock es de máximo dos días por “problemas de caja” previos. Con todo, esta cadena se recupera con mayor rapidez que la del GLP.
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¿Por qué el impacto no es igual para todos los combustibles? Gustavo Navarro, exdirector de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH), explica que, al ser el Perú un país importador, la gasolina y el diésel arriban por mar –donde no llegaron los manifestantes– a cualquiera de las 11 plantas en nuestro litoral, la mayoría de Petroperú: Talara, Eten, Pimentel, Supe, Chimbote, Planta Callao, La Pampilla (Repsol), Conchán, Pisco, Mollendo e Ilo. Desde ahí, viajan por camión en carretera.
Con el GLP es distinto. Si bien los departamentos del norte se abastecen en Talara, también de Petroperú, los camiones solo cuentan con las esferas de almacenamiento de Callao y Pisco para recargarse. Esta segunda, administrada por Pluspetrol, alimenta a las grandes ciudades como Arequipa, Cusco, Ayacucho y Puno, por lo que cualquier bloqueo en esta ruta deja los grifos a la deriva.
SPGL demandó celeridad en el Congreso para aprobar el PL 3328 del MEF, con el que Petroperú recibirá S/630 millones para asegurar sus importaciones futuras. “Si no, va a pasar lo mismo que hace unos meses con el desabastecimiento del mercado por falta de recursos”, dijo De los Santos.
Gustavo Navarro explicó que las exportaciones de gas natural peruano también se han visto paralizadas, con el objetivo de garantizar el suministro interno asociado a la generación de electricidad.
Minem autorizó la transferencia de S/13 millones para la construcción de una Planta de Fraccionamiento de Líquidos de Gas Natural (LGN) en La Convención, Cusco. Con ello, se espera asegurar GLP barato para la región surandina.