A pesar de que la inflación registró un ligero descenso en julio (ver gráfico) que marcaría el inicio de un largo y paulatino camino hacia la normalización de los precios — lectura compartida por el propio director del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde — no todas las familias peruanas sentirán un alivio en sus bolsillos.
Inflación volvería al rango meta — entre el 1 y 3% — recién en 2024.
El exviceministro de Mype e Industria, Juan Carlos Mathews enfatiza que no solo la inflación es un problema constante con el que debe lidiar el Gobierno, sino también el debilitamiento de la calidad del empleo y la caída de los ingresos.
“Los ingresos caen, son irregulares o incluso menores que antes de la COVID-19, y no mejoró significativamente el empleo adecuado. Cada vez que se va a comprar alcanza para menos y esto afecta a los que tienen menos capacidad de consumo. El empleo precario y la inflación son una mezcla venenosa”, dijo a La República.
En ese sentido, recordó que actualmente cerca del 60% de la población es pobre o está en el limbo ya que el 25,9% de la población es pobre y el 34,6%, es vulnerable, según data del INEI.
“Tener a cerca de 2,3 millones de subempleados no es para decir que bajó el desempleo. Si bien es “positivo” tener un subempleo a no tener nada, no se puede indicar que mejoró significativamente el empleo formal”, agregó.
Casi 500.000 ciudadanos cayeron al subempleo, es decir, perciben menos ingresos al tener un horario irregular y libre de beneficios.
Al respecto, el director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar, prevé que la inflación cierre este año en 7,2% — por encima de lo estimado en el BCRP — y con ello, no se contraiga la tasa de pobreza en el Perú e incluso más ciudadanos caigan a esta condición.
Según el economista Eduardo Recoba no ha existido desde el Gobierno una política concreta para mitigar la inflación, por lo cual nos adentramos a un panorama donde los precios continuarán elevados por un largo periodo, pese a que converjan medio punto hacia abajo con el paso de los meses.
Así, recomienda a las familias no buscar deudas a largo plazo en dólares, dado que el tipo de cambio continuará con cierta presión al alza. Además, propone a los consumidores diversificar mercados para distanciarnos de los grandes monopolios y plantea acercarse más a los pequeños productores tanto de servicios como de bienes de primera necesidad, ya que usan “precios más competitivos”.
Recoba añade que también se pueden adelantar las compras contra cíclicas, como por ejemplo, para la campaña escolar del próximo año, adquiriendo de una vez los productos que en dicho periodo suelen repuntar su precio.
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Según panelistas del FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus, el Perú tendrá la segunda tasa de inflación más baja de América Latina desde 2024 hasta 2026 y durante este año y el próximo, será la tercera más sólida frente a este fenómeno global.
Para 2022, la economía peruana tendrá un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 6,3%, solo superado por Bolivia (2,7%) y Ecuador (3,1%).
Mientras que en el próximo año la inflación de Perú será de 3,4%, superada nuevamente solo por Ecuador y Bolivia que anotarán 1,7% y 3,1% respectivamente. Además, será menor que Chile (4,2%), México (4,4%), Paraguay (4,5%), Colombia (4,6%), Brasil (4,7%), Uruguay (7,2%) y Argentina (61,8%).
En tanto, para 2024 estiman una inflación peruana de 2,9%, 2,7% en el 2025 y 2,4% en el 2026, cifras dentro del rango meta.
Eduardo Recoba explica que la fortaleza del Perú se explica por la naturaleza exportadora de su economía, sumada al crecimiento de la demanda y del consumo, factores que generan un efecto orgánico en especie de “colchones” para mantenernos a flote pese a la falta de decisiones concretas del Gobierno.