Las entrevistas de trabajo suelen generar tensión y estrés en la mayoría de profesionales. Sin embargo, para los egresados que recién empiezan su vida laboral, esta situación puede generar más temor de lo usual. Ante ello, es indispensable que los postulantes se preparen adecuadamente y puedan destacar sus capacidades.
“Los nervios y la desesperación por conseguir el empleo que deseamos pueden jugarnos una mala pasada, sobre todo en la primera entrevista de trabajo. Por eso, es muy importante prepararse con anticipación y cuidar todos los detalles, demostrando las fortalezas que se tiene y, sobre todo, siendo uno mismo”, afirma Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland.
Con el fin de ayudar a los jóvenes que van a insertarse al mercado laboral, el especialista brinda las siguientes recomendaciones a considerar en las primeras entrevistas de trabajo:
Conocer a qué se dedica la compañía, su misión y sus valores, te ayudará a tener una mejor performance durante tu primera entrevista. Por eso, es importante leer noticias sobre la marca e investigar acerca de los principales competidores.
Un buen consejo es planificar lo que dirás en la entrevista. Para ello, puedes preparar respuestas a las preguntas más frecuentes de los reclutadores; por ejemplo: una presentación sobre tu perfil, logros académicos, principales fortalezas y debilidades, entre otras. De este modo, podrás ensayar tu discurso hasta sentirte seguro.
La ropa que uses debe ir acorde al cargo y empresa a la que estás postulando. Hay trabajos que requieren un atuendo más formal que otros. Por eso, para sentirte más confiado, puedes revisar cómo van vestidos los colaboradores en la web de la compañía. Recuerda que los colores neutrales siempre serán los más apropiados.
Hay algunos gestos en los que se puede denotar el nerviosismo: el exceso de movimientos en las manos y de muecas en el rostro. Además de evitar eso, procura mantener una postura erguida y mira directamente hacia el entrevistador. También recuerda extender la mano con firmeza al saludar.
A pesar de los nervios, haz lo posible por no cohibirte, manteniendo un diálogo fluido. Las empresas valoran mucho una personalidad elocuente, positiva, flexible y con capacidad de adaptación. También debes cuidar que tu lenguaje sea apropiado.