Cada día que pasa, las obras de la tercera etapa de Chavimochic al continuar paralizadas a la espera de que se determine el laudo arbitral entre el concedente, que es el Midagri, y la concesionaria, la constructora brasileña Novonor (exOdebrecht) en Perú, no solo generan pérdidas económicas, sino también 100.000 empleos paralizados, ingresos por impuestos al Estado, entre otras consecuencias.
Los representantes del sector agroindustrial dieron a conocer todas estas situaciones adversas que les toca afrontar, ya que en cuanto a beneficios la culminación del proyecto beneficiará a 124.000 trabajadores agroindustriales, pequeños y medianos agricultores, y las 500.000 familias ligadas al sector.
Dentro de las alternativas para destrabar el proyecto, se planteó que el Estado y la concesionaria lleguen a un acuerdo, a través del diálogo, y soliciten ampliar el plazo para la lectura del laudo arbitral. De esta manera, se podrá llegar a un consenso y se evitará una paralización del proyecto por unos 7 a 10 años más.
Hay que tener en cuenta que en la primera y segunda etapa hay 25.000 hectáreas en producción, que han dado trabajo a 124.000 personas. Sin embargo, debido a la paralización que lleva cinco años, hay 18.000 hectáreas no cultivadas, 100.000 puestos de trabajo congelados y S/ 2.200 millones no generados por pagos de salarios.
“Si no se toman decisiones en las próximas semanas, probablemente el horizonte de concretar esta obra sea muy largo y caro para el Perú. Solo en tres años, se ha dejado de recibir 3.000 millones de dólares, que son pérdidas en inversiones; son 1.500 millones de dólares se han dejado de generar anualmente a través de la agroexportación de los productos. En promedio son S/ 3.700 millones en salarios que dinamizan la economía del país”, expresó a la prensa el director de la Asociación para el Desarrollo Agropecuario Sostenible, Yuri Armas.
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