Qué hacer con la importación de alimentos es un tema que tienen en común Pedro Castillo y Keiko Fujimori dentro de sus planes de gobierno, aunque cada uno con una forma distinta de abordarlo.
El candidato de Perú Libre propone –en su denominado proceso de segunda reforma agraria– la disminución y reorientación de la importación de productos agrícolas, dando preferencia a la agricultura andina y orgánica, así como organizar la oferta agraria para el mercado interno y externo.
Si bien así descarta la prohibición de la importación, el planteamiento podría afectar el ingreso de algunos productos de los que dependemos mucho y sembramos poco: “de la demanda de trigo que hay en el país, el 90% se cubre con importación, por lo que no podemos prescindir de ella a menos que se modifique la dieta de los peruanos. Segundo, la fuente de proteínas más importante en el país es el pollo, que importa en un 70% el maíz amarillo duro. Y tercero, los productos oleaginosos como el aceite y grasas no se producen aquí”, explicó Fernando Eguren, presidente del Centro de Estudios Peruanos (Cepes).
Pese a ello, “no significa que no se puedan implementar políticas de producción interna que tan ausentes han estado en los últimos años, como aumentar los rendimientos de producción, dotar de capacitación técnica”, señala.
Por su parte, en el plan de gobierno de Keiko Fujimori se menciona que propondrá una reglamentación de aranceles de protección antidumping y/o subsidios y determinación de la estacionalidad de las cuotas o licencias de importación. Lo que significa “mejorar el cálculo de las franjas de precios del arroz, azúcar, maíz y leche, para que sea transparente para todos los productores”, indicó Marco Vinelli, encargado de las políticas agrarias del plan de gobierno de Fuerza Popular.
Si bien la apuesta de Pedro Castillo apunta a una segunda reforma agraria, sus lineamientos no apuntan a una reestructuración de la tenencia de tierras, analiza Eguren.
Eduardo Zegarra, del equipo técnico de Juntos por el Perú, menciona que “la propuesta no tiene nada que ver con expropiación”, pero sí apunta a una reserva de tierras para la agricultura familiar, en coordinación con los gobiernos regionales.
Lo que significaría que a futuro se democratice el acceso a tierras ubicadas en proyectos de irrigación –como Majes-Siguas II y Chavimochic III–, a las que solo grandes corporaciones han accedido, indicó Zegarra.
Por su parte, Vinelli dijo no creer en segundas reformas agrarias, “lo que proponemos es un cambio rural hacia adelante”.
Agricultura familiar. “Ningún plan de gobierno hace suya la Estrategia Nacional de Agricultura Familiar ni el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria cuya vigencia termina este año”, advierte Fernando Eguren de Cepes.
Impuesto. Eduardo Zegarra recordó que hace 40 años se aprobó el impuesto para aquellos con más de 3 mil hectáreas, pero sin reglamento.
Agro peruano
Suscríbete aquí al boletín de Economía LR y recibe en tu correo electrónico, de lunes a viernes, las noticias más relevantes del sector y los temas que marcarán la agenda.