La Fundación Forge indicó que, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), un 20% de jóvenes en Lima Metropolitana y Callao se quedaron sin empleo, en el periodo de septiembre, octubre y noviembre.
“Son las y los jóvenes, las mujeres y las personas con bajos recursos económicos que no culminaron la secundaria quienes se han visto más afectados en esta coyuntura, y son exactamente el mismo perfil poblacional que recibe un mayor impacto en cualquier tipo de crisis”, señaló María José Gómez, directora de la Fundación Forge.
En ese trimestre móvil, más de 70.000 jóvenes entre 14 a 24 años perdieron su empleo, comparado al año anterior, señala la fundación. Además, el porcentaje de jóvenes con un empleo adecuado se redujo en un 40%.
“Lo que nos deja el 2020 es el empleo juvenil como estrategia en la reactivación económica del país. Solo en Lima, el 19,8% de jóvenes entre 14 y 24 años perdieron su trabajo y uno de cada tres de estos jóvenes no habría alcanzado culminar su secundaria. La vulnerabilidad y pobreza de la población con menos recursos es una de las consecuencias de la COVID-19 que deberían atenderse de forma más inmediata”, agregó Gómez.
Por ello, sostuvo que la Fundación Forge capacitó virtualmente a más de 400 docentes y a 2.600 jóvenes pertenecientes a familias de bajos recursos económicos.
La pérdida de empleo en la capital tuvo un mayor impacto en las mujeres, cuya tasa de desempleo llega a 16,7%. María José Gómez señaló que estas cifras posiblemente se deben a a una desigual distribución de las tareas de cuidado en los hogares que a la misma dinámica económica del país.
“El ingreso promedio mensual se ha reducido. Aún con esta disminución, el promedio de hombres es un 20% más que el promedio de ingresos de las mujeres antes de la crisis”, acotó.