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Economía

Fase 4: la espera del último coche de la reactivación

En pausa. Vuelos internacionales, bares, gimnasios y otros rubros orientados al entretenimiento y a la recreación quedaron en el tintero debido a su naturaleza y potencial riesgo salubre. Esperan su turno para cerrar por completo las actividades productivas en un año marcado por la crisis del COVID-19.

“Es fundamental que nosotros ya podamos establecer con todo el cuidado del caso la reanudación de algunas actividades. Cada fase tiene aproximadamente un tiempo de un mes. Mayo, junio, julio y agosto”, dijo el presidente Martín Vizcarra el pasado 2 de mayo cuando anunció que la reactivación de la economía iba a darse en cuatro partes.

Desde entonces, con un desplome de la economía nacional en -16,26% y -40,49% registrados en marzo y abril, respectivamente, diversas actividades emprendieron el retorno (ver infografía) de acuerdo a la fecha en la que el Gobierno los ubicó, considerando su prioridad y naturaleza.

Al llegar agosto, el sector servicios esperaba retomar en gran margen sus operaciones que abarcan: restaurantes (con mayor aforo), bares, casinos, conciertos, teatros, cines, gimnasios y vuelos internacionales, siendo este último fundamental para revivir al turismo.

Sin embargo, debido a la situación sanitaria y al incremento de contagios, la ministra de Economía, María Alva, señaló que esta etapa se implementaría “a partir de finales de setiembre o inicios de octubre”. Y el Gobierno dispuso que se mantenga la inmovilización social obligatoria los domingos.

Ante ello, Miguel Vega Alvear, representante del sector empresarial en la Comisión de Trabajo Multisectorial, dijo a La República que están a la espera de una respuesta del Ejecutivo a las propuestas que presentaron desde la semana pasada, luego de aplazarse el inicio de la fase 4. “Somos conscientes de que si no dinamizamos la economía ni recuperamos el empleo, desembocaríamos en una crisis grave”, adelantó.

Sin salidas

En su rol como ministro de Defensa, el actual premier Walter Martos aseguró a un medio local que la fase 4 aún no tiene una fecha definida para implementarse y que el retorno de los vuelos internacionales representaría “un grave riesgo”.

“Reabrir las fronteras a fines de año o el próximo es una locura. Si a partir de agosto los vuelos humanitarios dejaron el Grupo 8 y se iniciaron en el aeropuerto Jorge Chávez es porque ya cuentan con los protocolos montados de salubridad y sanidad (para salidas al exterior)”, refuta el presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit), Ricardo Acosta.

“Una solución salomónica es que a partir de quincena de setiembre se reabran los vuelos con los protocolos del caso y que se comercialicen a través de las agencias de viaje paralizadas desde mediados de marzo. Ello permitiría a los usuarios que cuentan con boletos adquiridos hace meses irse o volver (del país), o comprar uno nuevo en agencia”, extiende Acosta.

Cabe precisar que el transporte aéreo contribuye con 341.000 empleos, US$ 5.000 millones en valor agregado bruto a la economía peruana y abarca 2,6% del PBI, sustentado por la aviación comercial y la llegada de turistas extranjeros, según un informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) de 2019.

Mientras que el turismo el año pasado inyectó al país US$ 12.000 millones: 5.200 millones por turismo receptivo y 6.800 millones en turismo interno, y empleó formalmente a 1,4 millones de personas, explicó el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Carlos Canales, a la Comisión de Comercio Exterior y Turismo del Congreso. Acosta estima que la actividad representa hasta 3% del PBI.

Show en pausa

Otro componente de la fase 4 es el entretenimiento, en el cual reposan los conciertos, festivales, convenciones y ferias, que han encontrado en las redes sociales un refugio para mantenerse activos, pero no con la misma intensidad de antes.

Vichama es uno de los negocios que espera reabrir sus puertas. Los planes para este 2020, en el que cumplen 10 años en el mercado como bar cultural, se esfumaron con el coronavirus, y ahora emprendieron la venta de polos amparándose en su gran acogida en la movida nocturna del Centro de Lima. “La idea al principio era sacar solo polos de Vichama, pero, como también tenemos buena relación con las bandas, se les propuso sacar merchandising oficial y ahora tenemos un catálogo de diez bandas nacionales para sacar productos por dos o tres meses más”, explica Christian Trinidad, administrador de Vichama.

El rock bar busca frenar los meses de inactividad con pequeños stocks de hasta 70 prendas por banda. “Más que un giro, representa una idea de 360 grados manteniendo nuestra marca”, agrega Trinidad, no sin antes explicar que tienen en mente reabrir para el próximo octubre solamente con la venta de comida, una actividad totalmente nueva para ellos.

“La escena independiente musical se movía todos los fines de semana, y con la pandemia el circuito se ha visto totalmente afectado. Con ello, las bandas emergentes”, lamenta Gabriel Dávila, vocalista y compositor de Ciudad Pánico, una joven agrupación de slow dancing pop de San Juan de Miraflores que se abre paso en la capital.

La banda, integrada también por Fabio Rojas (bajo), Luis Gamero (batería) y Christian Barreto (guitarra), tras estropearse su debut como banda completa en el circuito independiente y en el festival internacional Perú Central de Huancayo, dirige sus esfuerzos al canal digital, conscientes de que los conciertos no volverán por un buen tiempo.

“Somos dueños de un festival llamado Pánico en el Techo, ejecutado ya tres veces en San Juan de Miraflores. Esta vez será muy diferente no solo por el público virtual y el cobro de entradas, sino por la química que existe, no es la misma detrás de una pantalla. Todos los fines de semana hay una transmisión en vivo y es difícil que el público se enganche con proyectos nuevos”, sostiene Dávila.

Liberar gimnasios

Marco Reeves, coordinador general de la Asociación de Gimnasios del Perú, considera que es un error mantener en el congelador esta actividad, la cual retomaría, según Produce, con aforo al 50%. “Los gimnasios son los únicos lugares donde se puede cumplir los protocolos en todo momento, no como en los centros comerciales, en donde pasas la puerta y te diriges a donde sea permitiendo la aglomeración en sus interiores, sin importar que el aforo sea al 50%”, expresa Reeves.

Aseguró que los elementos de protección en los gimnasios se cumplirán de manera obligatoria y a conciencia, dado que “la gente que acude a esos locales está pagando por salud y sería ilógico que se saquen las mascarillas o no respeten el distanciamiento”.

Sobre el impacto en el rubro, Reeves reconoce que de los 3.000 gimnasios a nivel nacional que integraban la asociación, cerca de 600 han cerrado y desaparecieron del rubro tras rematar sus máquinas. “Esto representó no solo un golpe a la estabilidad económica del sector, sino a la salud, dado que cada local atendía a un promedio de 400 personas. Haciendo cálculos, 24.000 ciudadanos han descuidado la actividad deportiva”, concluye.

Piden incrementar aforo de restaurantes

El miembro de la Comisión Multisectorial, Miguel Vega Alvear, explicó que aparte de velar por la reapertura del sector servicios, falta hacer más por los restaurantes, que desde la primera fase operaron vía delivery y actualmente pueden hacerlo en sus locales con un aforo del 40% (incluso la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, recomendó reducirlo al 20% con atención solamente en la parte externa).

'‘De los 220 mil restaurantes habilitados, casi el 98% son microempresas, y en estos como mínimo hay cinco personas, entre propietario, cocineros y mozos. El 2% restante lo ocupan medianas y grandes, que va de cinco, diez a más empleados. Por lo tanto, estamos hablando de 1,2 a 1,5 millones de empleos solamente en este sector. Pero ¿qué hace un microrrestaurante de seis mesas abriendo solo con dos?’‘, argumentó Vega, en voz del sector privado.

Asimismo, sostuvo que lastran deudas por el alquiler de sus locales e inversión en protocolos, y con la atención reducida a un aforo de 40%, más la caída de la demanda –subsector restaurantes bajó -82,30% en junio, según INEI– y el toque de queda de los domingos, “varios están quebrando”.

Reacciones

Miguel Vega Alvear, Comisión Multisectorial

“La desarticulación y falta de armonía, como la burocratización, hicieron que solo una fracción de la actividad productiva pudiera actuar, limitando al sector formal y expandiendo la informalidad”.

Ricardo Acosta, Presidente Apavit

“Una solución salomónica es que a partir de quincena de setiembre se reabran los vuelos (internacionales) y que se comercialicen a través de las agencias de viaje paralizadas desde mediados de marzo”.

Claves

Caída. Según Canatur, para diciembre se perderán 1 millón de puestos formales en el sector turismo si no se toman cartas en el asunto.

Expectativa. El titular de Produce, José Salardi, informó hace unos días a un medio local que la economía opera al 90% en la fase 3.

Palabra. Desde Apavit, precisan que la titular de Mincetur, Rocío Barrios, estimó que las fronteras abrirán progresivamente en octubre.

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