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Economía

Pequeños agricultores: desde pérdidas enteras de cosecha de piña a falta de acceso a mascarillas

En Carapongo y Chillón, a pocos minutos de Lima, mujeres y hombres del campo no logran vender sus productos. Gremios agrícolas estiman que durante la cuarentena, los pequeños agricultores del país han perdido más de 6.000 millones de soles. Piden declarar en emergencia al sector.

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Pequeños agricultores se las arreglan para sostener el abastecimiento de alimentos en las grandes ciudades

Con voz entrecortada y una mascarilla echa por ella misma, Aída Gamarra es la agricultora que lidera la olla común en la zona llamada - paradójicamente - Sembrando Esperanza en Carapongo, San Juan de Lurigancho.

Ha sido entrevistada en las últimas semanas por diferentes canales solicitando ayuda. “Aquí la mayoría son agricultores, algunos sembraban y por la cuarentena todo se perdió, otros alquilaban sus terrenos. Somos los mismos damnificados por el Niño Costero. Aquí todos comen una vez al día”, responde a un reportero de América Televisión.

En el valle de Chillón la historia es similar. Agricultores que viven a pocas horas de la capital peruana no logran comercializar sus productos pese a estar a casi un paso del mayor mercado de consumidores: Lima.

Según Clímaco Cárdenas, presidente de la Convención Nacional del Agro peruano (Conveagro) las pérdidas a nivel nacional, entre los pequeños agricultores, llegaba hasta fines de mayo a cerca de los 6 mil millones de soles. Solo entre marzo y abril, el Ministerio de Agricultura confirmó pérdidas por 1.600 millones de soles aproximadamente.

“No solo se vive de papa”

En la costa, los agricultores que cuentan aún con algún acceso a carreteras, postas médicas o medios de comunicación, ya no tienen la economía para sostener otra campaña de siembra o para comprar alimentos que no cosechen.

En la sierra, la situación se vuelve un poco más complicada debido a la lejanía. “Se ha encarecido el transporte para llevar sus productos a las ciudades. Cientos de miles de productores de maíz han sentido de forma inmediata la pérdida de un año de trabajo”, señaló Cárdenas. A la problemática se suma que los agricultores de esta zona geográfica tampoco han sido asesorados por los ministerios - Agricultura o Desarrollo e Inclusión Social - de cómo cuidarse frente a la pandemia.

“Por la contención comunitaria no tienen acceso a alimentos. Es cierto que hay papa pero no solo con papa se vivirá, se necesita acceso a medicina, jabón, mascarillas”, agrega. Según el presidente de Conveagro hay cientos de pequeños agricultores que siguen solicitando algún bono o kit sanitario.

Y en la selva, “hectáreas de piña completas que se han perdido por no poder cosecharse, así como camu camu, café o cacao que durante el estado de emergencia no fueron considerados como productos esenciales, sin considerar que es el único ingreso de los pequeños agricultores”.

Según la Junta Nacional del Café, por lo menos el 40% de la cosecha proyectada por este año se perdería. Cabe indicar que, según datos de la Asociación de Exportadores (Adex), los envíos del grano aromático cayó en casi un 30% durante los primeros cuatro meses del años.

Sector en quiebra

Según Conveagro, el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) ha reconocido que después del sector turismo, la agricultura es la actividad más golpeada por las medidas de confinamiento.

“Entonces, hay evidencia suficiente como para solicitar la declaratoria de emergencia del Sector y eso lo tendría que hacer el Congreso sin necesidad de convocar a un Pleno Agrario”, sostuvo Clímaco.

“El ministro (Jorge Montenegro) no nos puede sorprender con que hay 2.500 millones al servicio del agro nacional. Que se cansen. Aquí el único dinero que se ha colocado son los 470 millones del Fondo Agroperú que, además, ya estaba presupuestado desde el año pasado a raíz del paro agrario y que incluso, a la fecha, no ha colocado ningún crédito”, dijo el representante de Conveagro a este diario.