Después de su salida a bolsa el 11 de diciembre, la petrolera saudí Aramco cumplió con las expectativas, pero un mes después ha mostrado su vulnerabilidad por las tensiones geopolíticas en Oriente Medio causadas por el asesinato del general iraní Qasem Soleimaní por Estados Unidos en Bagdad hace una semana.
Las acciones de la que es la mayor petrolera del mundo cerraron este jueves (último día de la semana en la bolsa de Riad) con una subida del 2,34 % tras días de pérdidas debido a la escalada de la tensión entre Washington y Teherán, que ha sacudido los mercados del golfo Pérsico.
Al cierre de la semana en Tadawul, los títulos de Aramco cotizaban a 35 riales saudíes (9,33 dólares) después de haber caído el día anterior a su precio más bajo desde su salida a bolsa, llegando a los 34,2 riales saudíes (9,12 dólares), un 11% menos del valor más alto que alcanzó durante el pasado mes (38,7 riales saudíes).
Esa gran caída coincidió con los ataques de Irán contra dos bases militares en Irak con presencia de tropas estadounidenses, lo que hizo temer una mayor escalada y el comienzo de un conflicto abierto en el golfo Pérsico.
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Además, la posibilidad de nuevas represalias de Irán o de sus aliados, en concreto los rebeldes hutíes del Yemen, contra instalaciones petrolíferas, como ya ocurrió en septiembre cuando dos plantas de Aramco fueron blanco de un ataque que afectó a la producción de crudo del reino, aumenta las incertidumbres.
“La fluctuación del precio de la acción de Aramco refleja estos riesgos”, explica el director de Investigación y Asesoría del think tank internacional Energy Intelligence, Ben Cahill.
De hecho, las acciones de Aramco están siguiendo una tendencia contraria a la de la mayoría de las empresas de petróleo y gas, cuyos valores han subido debido a las tensiones entre EE.UU. e Irán que hacen que los mercados teman una reducción en la oferta de hidrocarburos y el aumento de su precio.
“Los volúmenes de compra y venta en Tadawul son menores y los inversores saudíes (tanto institucionales como individuales) no tienden a vender las acciones en base a sucesos a corto plazo”, agregó Cahill.
Las fluctuaciones de esta semana han confirmado lo que preocupa a los inversores desde el primer momento de la salida a bolsa de Aramco: su ubicación geográfica hace que la compañía esté especialmente expuesta a los conflictos e inestabilidad políticos.
Por su parte, la analista de la Fundación de Defensa de las Democracias (FDD, por sus siglas en inglés), Varsha Koduvayur, consideró que esta vulnerabilidad “no disminuye la rentabilidad de Aramco”.
Sin embargo, "es un golpe a los esfuerzos de las autoridades saudíes para mantener altos los precios del valor de Aramco, tanto como reflejo de la posición de la compañía como del legado de Mohamed bin Salman, el hombre detrás de la venta pública de acciones (opv) de Aramco", agregó en referencia al príncipe heredero de Arabia Saudí.
Ayer, 9 de enero, fue el final del periodo de venta de acciones de Aramco por parte de la sucursal saudí de Goldman Sachs, que indicó anteriormente que no implementaría operaciones para estabilizar el precio de las acciones.
Aún así, los analistas prevén próximamente que se oferten más acciones de la compañía.
De momento, un mes después de ofertar 3 mil millones de acciones o 1,5 % de participaciones de la petrolera, el precio se ha moderado después de dispararse a su salida a bolsa, cuando las acciones de situaron en 9,39 dólares, un 10 % por encima del precio de referencia establecido tras el periodo de suscripciones.
FUENTE: Agencias