A fines de octubre, el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, anunció una serie de medidas económicas, propuestas por el Ejecutivo, en su nuevo plan de gobierno. Una de ellas, respecto al aumento del salario mínimo que actualmente es de 930 soles.
Ni el premier ni el presidente de la República, Martín Vizcarra han dicho a cuánto ascenderá el monto. Ante ello, es necesario repasar cuál ha sido la evolución de nuestra Remuneración Mínima Vital (RMV) y cómo el incremento de esta impactará en la vida de los peruanos.
“Uno de los principales problemas que ha habido en le Perú ha sido la falta de institucionalidad y orden en el campo laboral y una de esas expresiones se refleja en el manejo respecto al sueldo mínimo que a menudo ha estado sometido a idas y venidas, presiones y manejos políticos”, expresa el economista Armando Mendoza.
Mendoza indica que el manejo del ingreso mínimo en el Perú, a diferencia de otros países, es poco transparente. “En otras naciones el salario está fijado a inicios de año, no espanta a nadie, y se establece por una comisión técnica que utiliza una fórmula que incorpora variables como el costo de vida, el crecimiento económico y canasta básica, de tal manera que se asegura el poder adquisitivo de los trabajadores”, acota.
Por su parte, el sociólogo Enriquez Fernández-Maldonado Mujica se muestra de acuerdo con el aumento. “Por un lado, el salario mínimo está desfasado con su capacidad de compra respecto del valor que tenía en décadas pasadas (hasta los años setenta aproximadamente)”, manifiesta.
Fernández-Maldonado explica que (el sueldo básico) en las décadas posteriores se ha ido devaluando y actualmente no asegura un nivel de consumo y bienestar adecuado. En ese sentido, apunta que las canasta básica familiar es por lo menos 50% más del nivel actual del salario mínimo.
“Como medida económica, el aumento del salario es un estimulante del mercado interno. Los trabajadores cuyos ingresos se ven afectados por un aumento del mínimo, utilizan ese adicional en consumo directo (alimentos, vestimenta, servicios). Podría ser un factor impulsor de la economía, en la medida que le inyecta liquidez a la gente”, expresa Mujica.
Para Mendoza aún existen puntos que no se solucionarán con dicho incremento. “El estado no debe limitarse al tema nominal del salario, sino que abarque otros aspectos como la precariedad del empleo, la informalidad laboral, los despidos arbitrario, etc”.
En relación a cuanto debería ser el incremento, el especialista sostiene que el salario mínimo debe estar fijado, en principio, a cubrir la canasta básica familiar, que está en 1.200 soles y 1.300 soles. “Estamos todavía por debajo de esta”, comenta Mendoza.
Mujica señala que lo más importante es que el gobierno defina de una vez por todas el mecanismo de ajuste automático del mínimo vital. “Desde el 2007 se viene discutiendo (a nivel del Consejo de Trabajo), sin que se haya tomado la decisión política (desde el Ejecutivo) de institucionalizar la formula de calculo”, declara.
Según el artículo “Salarios mínimos en el Perú ¿Cuándo dejaron de ser importantes?” , elaborado por los economistas Ernesto Bazán y Gustavo Yamada, Perú fue el primer país hispanoamericano que decretó salarios mínimos. Lo hizo en 1916, durante el segundo gobierno de José Pardo y Barreda.
En marzo del 2000, Alberto Fujimori modificó el sueldo mínimo de 345 a 410 soles, lo cual representaba una crecida de 65 soles. Tres años después, en el gobierno de Alejandro Toledo, el salario básico se posicionó en 460 soles. Un aumento de 50 soles a lo largo de tres años.
Durante el último año de su gestión, Toledo incrementó el salario mínimo a 500 soles. Al año siguiente, Alan García hizo una modificación y la cantidad llegó a los 550 soles.
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En 2010, la remuneración mínima vital aumentó a 580 soles. Al año siguiente, en el último de su gobierno, García aumentó 20 soles para trabajadores de empresas privadas, quedando en 600 soles.
Durante el primer mes de la gestión de Ollanta Humala el sueldo mínimo quedó en 675 soles. Para 2016, la remuneración ya alcanzaba los 850 soles
En 2018, y antes de renunciar al cargo, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski autorizó el alza del salario básico a 930 soles, cifra que se mantiene desde el 1 de abril de ese mismo año.