Nicolás Ayllón es recordado en la historia del Perú por ser un ‘santo’ indígena. Su vida estuvo dedicada a apoyar a las personas pobres, así como a los niños y niñas. Pese a que la Iglesia Católica aún no lo ha canonizado, es considerado el primer patrono católico de la población indígena del país. No goza de la popularidad de San Martín de Porres o Santa Rosa de Lima, pero es recordado por muchas personas, ya que incluso una de las principales avenidas de Lima lleva su nombre.
A lo largo de su vida, Nicolás Ayllón destacó por su inteligencia y su inclinación a la religión. Además, resaltó por liderar obras de caridad. Todo esto influyó que, tras su muerte, se solicite un proceso de canonización y beatificación; sin embargo, esta iniciativa aún no ha conseguido su objetivo.
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Nicolás Ayllón nació en la ciudad de Santa María, en Chiclayo, el 10 de septiembre de 1632. Sus padres destacaron por ser miembros de la etnia moche. Su padre fue Rodrigo Puyzón y su madre se llamó Francisca Xailón. Ambos fueron indígenas y personas muy respetadas del lugar donde vivían.
Desde muy temprana edad, Ayllón desarrolló una singular vocación hacia la religión. Fue así que se desempeñó como acólito en una pequeña iglesia de la orden franciscana ubicado cerca a su hogar. El padre Fray Juan de Ayllón observó el interés del menor, por lo que decidió educarle y tenerlo bajo su protección.
Tras un tiempo, se trasladaron a Lima para residir en el convento San Francisco. Por aquellos años el religioso Fray Juan sufre una delicada enfermedad que le genera la muerte. En su honor, decide tomar su apellido. Además, decide aprender el oficio de sastre.
Con los ingresos que obtenía por esta labor, ayudaba a las personas más necesitadas y daba un apoyo económico a los enfermos del hospital de Santa Ana. Además de esto, contrajo matrimonio con Jacinta Montoya.
Nicolás Ayllón destacó por su vida religiosa y su vocación de servicio. Foto: HistoriadelPerú.com
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A mediados del siglo XVII, decide comprar una casa junto a su esposa. Ellos optaron por usar su vivienda como un espacio para cuidar y atender a los pobres. Ambos ayudaban a menores de edad y les enseñaban el culto a la Virgen María.
Nicolás Ayllón también destacó por hacer frente a los abusos que sufrían la población indígena, así como los esclavos de la época. Esto hizo que la población lo respetase y le tuviera afecto. Es por ello que muchos lo consideran el primer patrono de los indígenas.
Al religioso también se le atribuyeron visiones proféticas. Diferentes relatos de la época señala que llegó a profetizar su propia muerte. Él falleció el 4 de noviembre de 1677. Su funeral convocó a cientos de personas, quienes lloraron la partida de Ayllón y recordaron las buenas obras que hizo en vida.
En 1936, se inauguró una nueva avenida en la ciudad de Lima con el nombre del religioso. Se trata de una las principales vías de la capital del Perú, ya que cruza los distritos de Santa Anita, El Agustino, La Victoria, Ate Vitarte, Chaclacayo, San Luis y Lurigancho.
Nicolás Ayllón tiene una avenida en su honor en la ciudad de Lima. Foto: Andina