Por Camilo Cesarino
Las semillas de chía, conocidas por su alto contenido nutricional, han sido objeto de un estudio reciente por parte de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón. Este estudio ha revelado importantes hallazgos sobre el código genético de la chía, que podrían revolucionar tanto la medicina como la agricultura y ofrecer nuevas posibilidades para abordar enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
El estudio ha identificado más de 2.700 genes en las semillas de chía, los cuales están implicados en la producción de pequeñas partículas bioactivas cuando las semillas se digieren. Estas partículas tienen propiedades potenciales para aliviar condiciones de salud, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
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Además, se han descubierto genes específicos responsables de la producción de ácidos grasos poliinsaturados, conocidos por sus beneficios para el corazón y su capacidad para combatir ciertos tipos de cáncer. También se destacó la capacidad de las semillas de chía para formar un gel, una propiedad útil en la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica.
El estudio no solo se enfoca en los beneficios para la salud, sino también en cómo estos descubrimientos genéticos podrían mejorar la agricultura. Los investigadores sugieren que entender mejor la genética de la chía podría ayudar a optimizar su cultivo, lo que lo haría más adaptable a diferentes ambientes y potencialmente aumentaría su valor nutricional.
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Con el mapeo del genoma de la chía, hay esperanzas de que se puedan desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades crónicas a través de la nutrición. La investigación también abre la puerta a colaboraciones futuras y a la ciencia de datos abiertos, dado que los datos del genoma de la chía están disponibles públicamente para la investigación.
Con su alta concentración de nutrientes y su potencial medicinal, la chía está en camino de convertirse en un cultivo clave en la lucha contra enfermedades crónicas y en la mejora de la diversidad dietética a nivel mundial.
Este estudio pionero subraya la importancia nutricional de las semillas de chía, además de prometer aplicaciones significativas en el campo de la salud y la agricultura. Foto: Alma Secret
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Las semillas de chía son poderosas por su impacto en la salud, pero también por su versatilidad en la cocina. Este superalimento se integra fácilmente en recetas de diversas culturas alrededor del mundo. Desde los tradicionales 'pudines de chía', que han ganado popularidad en dietas occidentales, hasta su uso en bebidas energéticas naturales en América Latina, como el famoso 'agua de chía'. Es decir, la chía se adapta a cualquier plato.
Chefs contemporáneos utilizan chía para añadir textura y nutrientes a platillos innovadores. Se utiliza en panadería para enriquecer panes y pasteles con fibra y proteínas. Además, su capacidad para absorber líquidos y formar un gel la hace ideal para mermeladas y salsas bajas en azúcar, puesto que mantiene la textura deseada sin aditivos artificiales.
El cultivo de chía también presenta beneficios significativos para el medio ambiente. Requiere menos agua que muchos cereales tradicionales y se adapta bien a suelos menos fértiles, lo que la hace ideal para áreas susceptibles a la sequía. Esto ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, como también ofrecer una nueva fuente de ingresos para los agricultores en regiones donde otros cultivos no prosperarían tan fácilmente.