A escasas semanas para que se lleven a cabo los Oscar 2022, son varias las historias que esperan quedarse con el interés de la Academia y llevarse un premio a casa. Una de ellos es Bestia, cortometraje chileno.
La cinta, que expone los crímenes de Íngrid Olderöck, exagente especial del régimen de Augusto Pinochet de origen alemán, nos sumerge en su complicada vida, y en sus acusaciones de violaciones a los derechos humanos. La República conversó con su director, Hugo Covarrubias y Contanza Wette, directora de arte, sobre la compleja trama que desarrollaron.
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Íngrid Olderöck, Bestia, Oscar 2022
Como si fuera un juego de muñecas, Bestia, que en un principio nació como la idea de una serie, fue compuesta en stop motion y tomó la figura de Íngrid Olderöck, exoficial de Carabineros, acusada de varios crímenes. Uno de ellos fue corroborado por Beatriz Bataszew, exdetenida: adiestrar perros para violar y torturar mujeres como hombres.
“Al ver las dificultades de hacer una serie, decidimos realizar un corto y utilizar la rota psicología de Íngrid para dar vida a su potente historia”, explicó Covarrubias.
“Hubo otros nombres, pero no tenían la profundidad ni el pasado de ella para lograr una trama independiente. Teníamos muchas ganas de revisar esta historia”, agregó Contanza Wette.
Con el estreno de Bestia en Chile y su posterior nominación a los premios Oscar 2022, la memoria colectiva se movió en dicho país y son varios los jóvenes que por primera vez oyen de los crímenes de esta mujer que en vida afirmó ser nazi.
Hugo Covarrubias, director de Bestia. Foto: producción de Bestia
“En el mundo es difícil enfrentar épocas oscuras de los países. La gente tiende a rehuir y evitar estos temas. Hubo un tiempo en mi país donde no se hablaba de esto y las nuevas generaciones no reflexionaban sobre lo que pasó. Bestia, al ser animación, sirvió para llegar a este público”, compartió el cineasta.
Quizás uno de los momentos más impactantes de la trama es cuando Olderöck recorre la Venda Sexy (Centro de detención y torturas en Santiago). En las imágenes, ella inexpresiva, inicia sus actos sin sentimientos a la vista.
Mientras las escenas pasan, el espectador conoce más a Íngrid, su mente y la relación que tiene con su perro, Volodia, entrenado en la vida real para atacar y violar a los prisioneros que estaban a su cargo. Así también, hay una secuencia en su casa donde nos queda claro que su mente frágil se iba a romper en cualquier momento.
“El hecho de que mostremos a Íngrid como una figura de porcelana en Bestia fue porque era una mujer que nunca se inmuto ante sus delitos y era rígida ante lo que hacía. Hasta el final negó conocer su lugar de torturas y a otros torturadores”, comparte Covarrubias.
Íngrd Olderock es presentada como una muñeca de porcela y sin expresividad. Foto: Bestia
Su mente también fue su aliado y lo que le evitó, de alguna u otra forma, que vaya a la cárcel. Tras un atentado en 1981, donde recibió una bala en la cabeza y en el vientre, Íngrid Olderöck usó este hecho para argumentar demencia. Tras retirarse de Carabineros y cuando la justicia la citó para declarar por el caso La venda sexy, ella desconoció los sucesos, según cuenta Nancy Guzmán en el libro La mujer de los perros, texto que se usó de inspiración para crear Bestia.
Para entender el corto no es necesario conocer la historia chilena, el proyecto, como cuentan sus realizadores, nació con el fin de ser universal y entender que ‘Bestias’ pueden existir en cualquier parte del mundo.
“A través de la animación abrimos una ventana para que todos los países que hemos vivido situaciones similares recuerden que debemos hablar lo que pasó. Logramos que cada cultura le dé sus matices y la adapte a su propia identidad”, dijo Wette, directora de arte de Bestia.
Constanza Wette, directora de arte de Bestia. Foto: producción de Bestia
En el corto no hay diálogos. El púbico solo ve a Íngrid inexpresiva. Eso sí, las imágenes que nos llevan a través de sus sueños nos muestras espacios donde se encuentra frente a frente con sus víctimas que tuvieron la desdicha de conocerla.
Así también, somos testigos de cómo Íngrid Olderöck se rompe ante una realidad y un sistema que la traiciona. El mejor ejemplo es el final de Bestia, el cual expone su vacío interno y su furia al ver que ya no es útil. La torturadora murió el 17 de marzo de 2001, no fue juzgada por ningún crimen y jamás pidió perdón.
Bestia llega a los Oscar 2022 en la categoría mejor cortometraje. Como dice el director, ingresa con una trama que lleva a la reflexión y la crítica social, a diferencia de las otras competidoras que hablan del amor, la taxidermia, el arte e incluso de la Navidad. La gala se llevará a cabo este 27 de marzo.
Bestia se encuentra compitiendo por una estatuilla dorada con los siguientes títulos.
Íngrid Olderöck era más conocida como ‘La mujer de los perros’.