Con la intención de hacer un homenaje a México, Eugenio Derbez presenta la serie ‘Acapulco’ (por Apple TV+), ambientada en los años ochenta. El mexicano es el productor ejecutivo e interpreta la versión adulta de ‘Máximo Gallardo’, personaje de la comedia ‘How to be a Latin Lover’. Comenta que esta vez quiso mostrar una historia con más “corazón” y familiar. “Se basa ligeramente en la película”.
Su personaje, desde una mansión en Malibú, le cuenta a su sobrino sobre la vida en México. Derbez nos dice que se identifica en ese aspecto. “Continuamente me siento a platicar con mis hijos y les cuento mil historias, porque creo que la mejor manera de educar es entreteniendo y no regañando. Y qué te puedo decir de mi niña de 7 años, justo está sacando unos lentes de Armando Hoyos, el antifaz del ‘Súper Portero’, de todos mis personajes que hice en televisión. Me ve con cara de: ‘¡Qué es esto!’ Mi hija nació tantos años después de que hice todo eso, ¡le voy a tener que contar mi vida entera!”.
Desde el primer minuto de la serie, la intención es mostrar lo tradicional. ¿Cómo ha sido llegar a Hollywood y proponer una serie así?
No te puedes imaginar el gusto y el orgullo que me da poder hacerlo. Yo me imaginaba que tenías que nacer en Estados Unidos para poder hacer algo así. Lo veía como algo muy complicado y lejano. (Pero) fueron las ganas de reivindicar a mi país lo que me motivó a hacer esta serie. Yo estaba ya cansado de ver cómo siempre que se refieren a México con historias de narcos, drogas, violencia, asesinatos, sí, no es que no lo haya, pero México es mucho más que eso, hay otra cara que no hemos enseñado, como es Acapulco, su gente, es gente buena. Entonces, para mí era muy importante hacer una serie que le hiciera un homenaje al lado positivo, al lado bonito de México.
Derbez admite que Acapulco tiene mucho de su vida en la historia. Foto: difusión
¿Parte de la historia tiene que ver con su propia carrera?
(Se ríe) ¡Totalmente! La verdad es que cuando hice ‘Latin lover’ y desde que estaba desarrollando la serie, me recordaba mi viaje, mi vida, de cuando me fui de México buscando el sueño americano. ‘Máximo’ gracias a ciertas decisiones que toma –no lo voy a decir para no echarles a perder la serie– de alguna manera lo hace llegar hasta donde está en Estados Unidos. Sí, tiene mucho de mi vida metido ahí en la historia.
A diferencia de ‘Cómo ser un latin lover’, la serie es más familiar. ¿Por qué decide hacerlo?
Cuando yo hice ‘Latin lover’, venía de hacer ‘No se aceptan devoluciones’, me acuerdo que les dije a los escritores: “Es que le falta corazón a la película”, o sea, está muy divertida, te ríes mucho, pero a mí me gustaría que tuviera más corazón, más profundidad, y no los logré convencer. Finalmente, dijeron: “Tiene que ser una comedia y punto”. Entonces, cuando desarrollamos la serie, yo quería que el personaje de ‘Máximo’ sea más profundo, más tridimensional, que tuviera más capas, más conflicto, no nada más comedia. Ahí es donde cambia el personaje y se vuelve más complejo y con más corazón. Verán que la serie, a pesar de ser muy divertida, también tiene muchas partes dramáticas.