En el antiguo Egipto, la mayoría de dioses son representados de perfil. El dios Bes es uno de los pocos que miran de frente, desde los recipientes, estatuillas e instrumentos musicales donde ha sido cuidadosamente tallado hace más de 4.000 años. Las bebidas que contenían tazas y jarrones con su rostro había sido un enigma hasta que, recientemente, científicos revelaron cuáles eran sus ingredientes y con qué objetivos las preparaban. Los hallazgos fueron publicados en la revista científica Nature.
“Desde hace mucho tiempo, los egiptólogos han estado especulando sobre para qué se podrían haber utilizado las tazas con la cabeza de Bes y para qué tipo de bebida, como agua sagrada, leche, vino o cerveza", comentó Davide Tanasi, investigador principal del estudio y director del Instituto de Exploración Digital de la Universidad del Sur de Florida, para un comunicado de la casa de estudio.
Recipiente con rostro del dios Bes. Foto: Tanasi et al.
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Los científicos afirman que es la primera vez que se descubren los ingredientes de una bebida alucinógena egipcia con tanto detalle. “Por primera vez, pudimos identificar todas las firmas químicas de los componentes del brebaje líquido contenido en la taza Bes del Museo de Arte de Tampa", dijo Tanasi.
Luego de raspar las paredes internas de un jarrón con la cara del dios Bes y un meticuloso estudio con análisis químicos avanzados de las muestras pulverizadas, los científicos identificaron que este tipo de recipientes almacenaban brebajes alucinógenos. Estos consistían en una bebida afrutada y fermentada, endulzada con miel, posiblemente teñida con regaliz e intencionadamente mezclada con fluidos humanos.
Según Tanasi, el líquido también tenía semillas de sésamo, piñones, regaliz y uvas entre sus ingredientes para que parezca sangre. Pero, además, el estudio indica alta presencia de proteínas de origen humano. "Esto incluye fluidos como leche materna, fluidos mucosos (orales o vaginales) y sangre", se indica en la publicación.
La mezcla de ingredientes para las bebidas que servían desde los pintorescos recipientes habrían producido un efecto de visiones oníricas. Los investigadores estiman que los cocteles fueron utilizadas para rituales mágicos relacionados con la fertilidad y los partos, en un contexto en que estas operaciones eran de alto riesgo.
“Los egiptólogos creen que la gente visitaba las llamadas Cámaras de Bes en Saqqara cuando deseaban confirmar un embarazo exitoso porque los embarazos en el mundo antiguo estaban plagados de peligros", explica Tanasi.
De acuerdo al estudio, las bebidas causaban efectos de visiones oníricas debido a la presencia de alcaloides psicoactivos en las semillas de Peganum harmala (harmel o ruda siria), como la harmina y la harmalina. Estos alcaloides inducen un estado alterado de conciencia que provoca visiones y experiencias similares a los sueños, conocidas como visiones oníricas. El uso de esta planta en rituales oraculares y de incubación, como los practicados en la antigua Egipto, aprovechaba estos efectos para inducir sueños proféticos o visiones que se consideraban reveladoras.