Un equipo de especialistas científicos aseguran que la energía oscura del Universo podría estar perdiendo fuerza. Esta teoría sugiere un cambio significativo en el comportamiento del cosmos, marcando una posible transición a que el universo deje de expandirse y empiece a contraerse, generando una posible explosión del mismo.
La reciente investigación se fundamenta en los datos recopilados durante el primer año de operaciones del Dark Energy Spectroscopic Instrument (DESI), que consiste en la colaboración de 5.000 ojos robóticos para mapear el cosmos con un nivel de detalle sin precedentes, superando todas las exploraciones anteriores.
Este avance tecnológico ha permitido a los científicos obtener una visión más profunda y precisa del universo, facilitando nuevos descubrimientos y perspectivas sobre su estructura y comportamiento.
Este fenómeno cósmico significaría que la fuerza impulsora detrás de la aceleración de la expansión del universo podría estar debilitándose. Esta conversión representaría un cambio precedente desde el inicio de la expansión acelerada del universo hace más de 25 años.
Esto sugiere que el universo terminaría en un Big Crunch y se le denomina así a la misma acción de contracción y el colapso consiguiente del mismo.
Las nuevas pistas acerca de la evolución de la energía oscura provienen de uno de los mapas más detallados del cosmos jamás creado, el cual fue construido con datos recopilados durante el primer año de funcionamiento del Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura (DESI).
Con el análisis de los robots utilizados recogen la luz de millones de galaxias, con más de un tercio del cielo visible desde la Tierra. Esta luz se descompone posteriormente en un espectro de colores, permitiendo a los científicos medir la expansión del universo a lo largo de miles de millones de años. Esta medición se realiza a través de un cambio en la longitud de onda de la luz, conocido como "corrimiento al rojo".
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Luz Ángela García Peñaloza, exmiembro del equipo DESI y cosmóloga de la Universidad ECCI en Colombia, comentó sobre la relevancia de estos hallazgos: "La publicación de estos resultados fue un gran día para la cosmología, ya que indica que el efecto de la energía oscura podría estar decreciendo con el tiempo, lo que sugiere que está evolucionando y, por tanto, no es constante".
El modelo LCDM sugiere que, inmediatamente después del Big Bang, el universo era muy denso e increíblemente caliente, pero también notablemente liso y más o menos igual u homogéneo en todas las direcciones.
La formación del universo, desde el inicio del Big Bang. Foto: Chat GPT
Conforme el universo se expandía, surgieron pequeñas variaciones en la densidad. Estas regiones más densas fueron evolucionando con el tiempo y las agrupaciones de materia oscura comenzaron a condensarse.
En estas agrupaciones, los átomos que recién se habían formado atrajeron y aglutinaron moléculas de gas, principalmente hidrógeno y helio, los elementos químicos más simples y ligeros. Este proceso, facilitado por la presencia de materia oscura, contribuyó a la estructura inicial del universo, dominada por estos dos elementos fundamentales.