Sin cabeza, pero con tres afilados dientes, más grandes que otras filas circulares de dientes más pequeños, las lampreas del Pacífico nadan en mares y ríos a lo largo de la cuenca del Pacífico. Sus temibles rasgos físicos les permiten alimentarse de la sangre y fluidos corporales de otras criaturas acuáticas. ¿Qué rol cumplen estos animales en la naturaleza y qué otras características asombrosas guardan?
La lamprea del Pacífico tiene facilidad para adherirse a otro pez y chuparle la sangre. : USFWS / Dave Herasimtschuk
Hace más de 450 millones de años, sobre la faz de la Tierra surgieron misteriosos peces sin mandíbulas y con cuerpos alargados como serpientes. Este grupo fue denominado ‘Agnatha’ (que significa ‘sin mandíbula’, en griego). A este linaje pertenecen las lampreas del Pacífico (Entosphenus tridentatus) y son de los animales más antiguos que existen, 1 de los 40 tipos de lampreas que existen.
“Los peces sin mandíbula son más antiguos que los dinosaurios e incluso más antiguos que los árboles y han sobrevivido al menos a cuatro extinciones masivas”, afirma un artículo del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington (WDFW).
A diferencia de otros peces, las lampreas del Pacífico no tienen escamas, ni aletas emparejadas, ni espinas, ni huesos, ni vejiga natatoria. Su cuerpo, de coloración variante entre azul y verde, es parecido al de una anguila y está compuesto de cartílago.
Cuentan con dos aletas en la espalda y solo una aleta en la cola. Además, su respiración es posible a través de siete poros branquiales a cada lado de su cuerpo, según el WDFW.
Estas criaturas pueden llegar a medir de 33 a 84 centímetros en la edad adulta y, en su temporada de reproducción, las hembras llegan a poner hasta 200.000 huevos. Una vez puestos, estos eclosionan una década después, tras permanecer enterrados.
Pese a su temible aspecto, las lampreas son apetecibles presas para diversas especies de aves, mamíferos y peces. Se estima que su grasosa carne contiene hasta 5 veces más calorías que el salmón. Por ello, son consideradas un recurso alimentario importante en los ecosistemas de agua salada y dulce. Además, gracias a esto, ayudan a amortiguar la depredación de salmones.
Asimismo, cuando estas criaturas construyen nidos para poner huevos, aumentan la disponibilidad de alimento para otras especies porque mueven rocas y desalojan invertebrados y algas. Así también, sus huevos pueden ser alimento para otras especies.
Por otro lado, cuando las lampreas del Pacífico mueren, los nutrientes de sus cuerpos se descomponen y favorecen el crecimiento de próximas generaciones de lampreas y otras especies.