Existe un lugar en la Tierra que es considerado inaccesible, inhóspito y alejado totalmente de cualquier forma de civilización desarrollada sobre tierra firme. Estamos hablando del misterioso Punto Nemo, la zona más alejada del planeta, que se ha convertido en un basurero de artefactos espaciales. Es más fácil que los astronautas de la Estación Espacial Internacional lleguen a este lugar que una persona que habita en la Tierra.
Inicialmente, se llamó "Polo oceánico de inaccesibilidad", pero luego fue bautizado con el nombre de Punto Nemo, en honor al capitan Nemo, líder de Nautilus y protagonista de 'Veinte mil leguas de viaje submarino', novela de Julio Verne. Además, Nemo significa 'nadie', en latín, un nombre bastante apropiado para un lugar casi imposible de visitar por los humanos.
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El Punto Nemo está ubicado en medio del océano Pacífico, exactamente a 4.800 kilómetros de la costa de Nueva Zelanda y a 3.200 kilómetros del norte de la Antártida. Fue descubierto por el ingeniero croata Hrvoje Lukatela a través de un programa especializado de geolocalización. Fue él mismo quien, a partir de sus investigaciones, aclaró que la Tierra no es redonda, sino tiene forma de elipsoide.
El Punto Nemo es la zona más alejada del planeta Tierra. Foto: captura de Youtube/Atrapados en el tiempo
Los registros de la NASA indican que los objetos más destacados que han terminado siendo desechados en el Punto Nemo fueron la estación rusa espacial Mir y la estación espacial china Tiangong 1. Además, los restos de las naves espaciales que sobreviven al aterrizaje se encontrarían en el fondo de esta zona. También se rumorea que dos naves SpaceX habrían caído en este lugar.
La estación espacial china Tiangong 1 habría tenido un peso de 8.5 toneladas. Foto: hipertextual
Se estima que la actividad biológica en el punto Punto Nemo es casi nula, por lo que los científicos creen que la vida marina no ha evolucionado lo suficiente en esta región. Por ello, en 1997, cuando los científicos registraron uno de los sonidos subacuáticos más fuertes jamás registrados —apodado 'The Bloop'—, se generó mucha intriga. No obstante, más adelante se determinó que dicho sonido se trataría de un temblor glaciar producido por el rompimiento de un iceberg.