Un diminuto satélite comercial de una tonelada llamado Beijing-3, mediante un prueba de rendimiento en América del Norte, captó imágenes nítidas de la bahía de San Francisco con una extensión de 3.800 kilómetros cuadrados en tan solo 42 segundos, según South China Morning Post. Los resultados fueron colgados en la revista Spacecraft Engineering.
Una de las características más espectaculares del dispositivo espacial es que ha conseguido fotografiar esa área de los Estados Unidos desde una altitud de 500 kilómetros con una resolución de 50 centímetros por pixel.
De acuerdo con Yang Fang, investigadora principal del proyecto, Beijing-3 puede ser “uno de los satélites de observación de la Tierra más potentes jamás construidos”. Y esto se comprueba al saber que el aparato tecnológico registra las imágenes a la vez que se mueve 10 grados por segundo, una velocidad nunca antes medida.
Este dato no es para menos, puesto que otros satélites deben permanecer estables cuando captan imágenes, sino los mecanismos de control corren el riesgo de vibrar y desestabilizar el producto visual.
Además, Beijing-3 ya había demostrado su alto potencial: durante un solo vuelo de norte a sur sobre China, capturó fotografías entre la meseta tibetana y el mar de la China Oriental, un área total de unos 6.300 kilómetros.
Y no solo eso. El objeto puesto en órbita por el país más poblado de este planeta puede planificar su programa de vuelo para vigilar hasta 500 zonas en todo el mundo con 100 visitas al día, apunta el South China Morning Post.
Cadena de televisión china muestra animación del satélite Beijing-3 por encima de la Tierra. Fotocaptura: South China Morning Post
Un equipo de investigadores de la empresa DFH Satellite Company, responsable del proyecto, destacó que China ha alcanzado un gran número de avances en corto tiempo, en otras palabras, “una posición de liderazgo a nivel mundial”.
Qi Yimin, director de ventas de la citada compañía, contó que 20.000 empresas del gigante asiático ya usaron las fotografías del pequeño dispositivo espacial y generaron con ellas 41.000 millones de dólares de ingresos anuales.
“Los satélites comerciales de nuestro país empezaron tarde, la cadena industrial aún no está madura y el negocio está todavía en la fase inicial de desarrollo”, indicó Yimin.