Un amplio equipo de investigadores liderados por la Universidad de Washington ha evaluado la evasión de la variante ómicron (B.1.1.529) al sistema inmunitario y sus resultados muestran que pacientes convalecientes y la mayoría de personas vacunadas con Janssen (Johnson & Johnson), Sputnik V o Sinopharm (BBIBP-CorV) “no tenían actividad neutralizante” contra dicho linaje del coronavirus.
Alertados por las 37 mutaciones de ómicron que alteran su proteína de pico (S) o espícula por donde el coronavirus se abre paso en las células y las infecta, los científicos analizaron la actividad neutralizante de los anticuerpos en el plasma de los recuperados y vieron que se reducía hasta en 57 veces contra este linaje, notificado por Sudáfrica a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 24 de noviembre.
También se puso a prueba contra ómicron el plasma sanguíneo de 13 individuos inmunizados con Sinopharm, 11 con Sputnik V y 12 con Janssen.
De todos, solo las muestras de tres vacunados con Sinopharm y uno con Janssen mostraron actividad neutralizante contra dicha versión del coronavirus.
Sin embargo, la pérdida de la llamada capacidad neutralizante no implica necesariamente que las vacunas pierdan la efectividad contra la COVID-19 severa. Aún faltan examinar bancos de datos recopilados con base en gente contagiada, pero esto se consigue con el tiempo. Solo así se evaluará el verdadero impacto.
Sputnik V, la vacuna rusa contra el nuevo coronavirus empezará a producirse desde septiembre de 2020. Foto: EFE
Los resultados del reciente estudio se encuentran en un artículo de preimpresión alojado en la plataforma web biorxiv.org.
Además, según este artículo que aún no es revisado por pares, datos previos indican que la actividad neutralizante del plasma de individuos vacunados con la fórmula de Pfizer-BioNTech (BNT162b2) estaba severamente reducida contra la variante ómicron del SARS-CoV-2: “un escape sustancial (a los anticuerpos), aunque no completo”.
Mediante el nuevo estudio, confirmaron que la vacuna Pfizer-BioNTech reduce su actividad neutralizante hasta en 44 veces contra ómicron. En comparación, la variante beta (B.1.351), aparecida en Sudáfrica en octubre de 2020 y considerada hasta hace poco la más resistente, reduce esa misma capacidad en 9 veces.
Comparación de cómo la actividad neutralizante de las vacunas se reducen. La cepa original se representa con 'Wu', la variante beta con una 'b' y finalmente se observa la 'o' de ómicron. Foto: El laboratorio de Veesler / Twitter
En cuanto a la vacuna Moderna (mRNA-1273), su pérdida de efectividad neutralizante decae hasta en 33 veces contra ómicron —reducción de 10 veces contra beta—; mientras que AstraZeneca (AZD1222) hasta 36 veces —reducción de 12 veces contra beta—.
Esa disminución, curiosamente, fue menos pronunciada en personas vacunadas que ya se habían infectado antes. Según detalla el manuscrito, estos individuos tienen respuestas ampliadas de anticuerpos como consecuencia de una “maduración” impulsada por continuas estimulaciones del sistema inmunitario.
Aunque la peligrosidad de ómicron todavía permanece fuera de nuestra comprensión, Sudáfrica y Europa han presentado infecciones a una velocidad inusitada.
Por ejemplo, Dinamarca ha pasado de tener 0,1% de contagios asociados a ómicron a un 3,5% en solo 10 días.
Y de esa estadística, el 75% de individuos ya estaban vacunados con dos dosis (pauta completa). No obstante, se debe considerar que en Dinamarca la inoculación completa contra la COVID-19 ya ha sido recibida por el 77% de habitantes.
Los últimos datos del repositorio Our World in Data indican que la tasa de diagnósticos en territorio danés subió hasta superar los 1.200 casos detectados por 100.000 habitantes en 14 días.
Por fortuna, este linaje del coronavirus no se ha desplegado en Sudamérica a ritmos incontrolables hasta estas fechas.