Un equipo de científicos peruanos ha reportado la presencia de una nueva variante del coronavirus que se expande en Perú y Chile. Asimismo, se ha detectado en países de distintos continentes.
Así como las variantes más conocidas, esta nueva versión del virus, denominada C.37, posee mutaciones que causan preocupación debido a que pueden estar asociadas con una mayor capacidad de transmisión y escape del sistema inmunitario.
C.37 fue identificada inicialmente en Lima, Perú, a fines de diciembre. Ahora representa el 47,6% de los genomas analizados en esta ciudad entre el 1 de enero y el 18 de marzo. Según el reporte, publicado en el portal web Virological.org, hay indicios de que se ha propagado en otras regiones del Perú.
Los investigadores, dirigidos por el biólogo Pablo Tsukayama, determinaron que C.37 desciende de otra variante o linaje llamado B.1.1.1, que circula por todo el mundo desde los primeros meses de la pandemia.
“Cincuenta muestras procesadas entre enero y marzo (2021) pertenecían al linaje B.1.1.1, pero al analizarlas nos dimos cuenta de que tenían ciertas mutaciones que las diferenciaban de las anteriores muestras de ese linaje”, detalló el biólogo Pedro Romero, investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y uno de los autores del reporte. “Entonces hicimos una solicitud para nombrar a la nueva variante C.37″, prosiguió.
Las mutaciones son pequeños cambios en el código genético (genoma) del virus. Estas modificaciones pueden alterar la estructura del patógeno y darle cierta ventaja. En el caso de C.37, se han identificado 20, pero solo algunas son relevantes.
Una de esas es L452Q, similar a la mutación L452R, que está presente en las variantes que se propagan en California e India. Este cambio afecta a la proteína Spike, las espículas que le permiten al coronavirus ingresar a las células humanas. L452R podría estar asociada a una mayor resistencia a los anticuerpos y una unión más fuerte con la célula.
Representación de una partícula de SARS-CoV-2 siendo atacada por anticuerpos. Imagen: Science Source
Otra de sus mutaciones en la proteína Spike, F490S, también está asociada a una mayor capacidad del virus para escapar a los anticuerpos, según estudios realizados en laboratorio.
En la misma proteína, C.37 posee también un cambio que no se ha observado en otras variantes. Se trata de la deleción 246-252, es decir, la pérdida de un conjunto de siete aminoácidos (los bloques que forman la proteína).
“En este caso, le falta un ‘pedacito’ a la proteína Spike”, explica Romero.
Se requieren estudios en laboratorio para determinar el impacto de esta pérdida en la espícula viral. Otros casos de deleciones en esta proteína han mostrado que le permiten al virus evitar ser reconocido por los anticuerpos.
El análisis de los autores halló que una de las características de C.37 se asemeja a las tres variantes más peligrosas (B.1.1.7 de Reino Unido, P.1 de Brasil y B.1.351 de Sudáfrica). Esta coincidencia es la deleción 3675-3677 en la proteína ORF1a.
Precisamente, la búsqueda de esta mutación es el objetivo de los análisis que detectan las variantes P.1 y B.1.351 (para hallar B.1.1.7 se busca una deleción adicional). Entre febrero y marzo, el Instituto Nacional de Salud (INS) realizó este tipo de análisis en 199 muestras de Lima e identificó la P.1 en el 40% de los casos.
“Sin embargo, este ensayo no es tan preciso como el secuenciamiento del genoma completo”, escribió Tsukayama en una publicación en Twitter. “C.37 y P.1 comparten la mutación ORF1a: 3675-3677 y (en principio) darían el mismo resultado en esta prueba. O sea, es posible que muchas de las muestras identificadas como P.1 por el INS sean realmente C.37″, agregó.
En ese sentido, la variante C.37 podría estar más extendida en el Perú que el linaje proveniente de Brasil. Por ello, los autores sugieren la posibilidad de que la segunda ola de COVID-19 en el país haya sido impulsada por la expansión de esta nueva variante.
Tsukayama adelantó que ya están coordinando con el INS para secuenciar el genoma de un grupo de muestras que fueron identificadas como P.1 mediante el análisis simplificado.
Al igual que Perú, Chile, otro país donde C.37 se ha propagado desde enero, registra sus cifras más altas de casos y muertes en esta segunda ola de la enfermedad.
“Con los datos disponibles, no podemos asegurar si C.37 se originó en Perú o en Chile. Ambos tienen epidemias similares en 2021 y comparten muchos vuelos diarios. Otra posibilidad es que se haya introducido a Chile y Perú desde otro país de la región que aún no la detecta”, anotó Tsukayama.
De acuerdo con la base de datos de genomas del coronavirus secuenciados en el mundo, la variante C.37 se ha detectado en 356 casos: 160 en Chile, 113 en EE. UU., 51 en Perú, uno en Argentina, uno en Brasil, uno en Ecuador, 22 en Alemania, cuatro en España, tres en Reino Unido y uno en Australia.